Hace unos días, Vanderhoff hizo un desacertado ([sati]) comentario a próposito de la película de Fatih Akin, Al Otro Lado, que curiosamente viene como anillo al dedo a esta película:
Vanderhoff escribió:A mí no me ha parecido una gran película. Creo que el planteamiento es bueno pero el guión falla por todos los lados: se hace episódica, se hace a ratos poco creíble, se hace tópica, se hace previsible... a mí no me conmovió en ningún momento
Bueno, episódica no es. Pero el resto sí que se corresponde con lo que pienso. La dureza que esta película trata de vender es bastante blandengue. A excepción de la tragedia que origina el melodrama, la situación de los personajes durante la película es bastante cómoda, sin ir más lejos el de Halle Berry tiene la vida solucionada y el otro yonki, pues oye, va tirando. Ya le gustaría a Emily Wang, la protagonista de 'Clean', de Olivier Assayas, tener todas las facilidades que tienen esta gente. Y no es sólo que tengan la subsistencia bastante asegurada, además las otras condiciones vitales son bastante relajadas: ella vive un matrimonio ideal (con lo que es muy fácil representar el papel de viuda afligida) y el otro puede irse dónde le de la gana cuando le de la gana, no parece deber nada a nadie, sin problemas con la ley, y encima los desconocidos no solo no le dan la espalda, si no que además le echan las manos que hagan falta. ¡Ojalá el mundo fuera así! Claro que eso no son las únicas cosas que torpedean la credibilidad y la magnitud del drama: además de vivir en una situación que les da bastante cancha, los conflictos que mueven la historia están muy cogidos con pinzas
El motivo por el que el personaje de la Berry expulsa al personaje del Del Toro es absurdo, porque, al fin y al cabo, ¿no se supone que él está ahí para eso? Está claro que había que poner boca abajo al personaje del yonki, pero sin que él hiciera nada malo que le descalificara, no vaya a ser que luego fuera díficil echarle un cable con su recaída 100% previsible.
Eso sin contar que también es muy fácil dar salida a un personaje con el título de derecho en el bolsillo que con una etiqueta de anís del mono.
Alguien me podrá decir que no hace falta cargar las tintas todo lo posible, cosa que es verdad, pero lo que tampoco mola es que se allanen tantísimo el terreno para únicamente poder dar con esas tres o cuatro escenas de emotividad prefabricada que quedan tan chulas en los trailers.
Claro que bien mirado, en el fondo a la Bier ya le va bien que le lleguen guiones así, porque cuando se complica la vida (cómo en 'Te Quiero para Siempre') sus soluciones suelen ser tan puériles como irreales. La sensación que tengo es que cada vez le gusta menos complicarse la vida. Sin ir más lejos, las dosis de temática social con los que suele condimentar sus historias, en cada nueva película son más convencionales, como de personajes que podrían salir en La Noria (la viuda del héroe que defiende a la mujer maltrada, el yonki en vías de recuperación, etc...) y su estilo visual, una vez superado el Dogma 95, pinta cómo que estará siempre estancado en los mismos travellings frontales y los mismos planos detalles que en Después de la Boda. Eso sin por supuesto dejar de lado su característico diálogo directo y banal marca de la casa. Dónde si parece haber mejorado esta mujer, motivo por el que para mí se salva del cate, es que esta vez ha perdonado algunos golpes efectistas facilones de los que tarde o temprano acaba tirando en sus películas, supongo que debe ser cosa del guión.
En fin, típico dramita de los que se olvidan en tres, dos, uno...