por Villano » 17 Dic 2007 00:24
El caso es que la he visto de carambola. Después de buscar una película durante más rato de lo que permite la paciencia me he topado casualmente con ésta y me he acordado que la tenía pendiente desde que Franco era corneta y, aunque no esperaba gran cosa, la he visto para saciar la curiosidad. Bendita casualidad, qué peliculón. Esta película se convierte desde ya en el modelo arquetípico de lo que para mí debería ser un drama realista. Por su equilbrio, por su coherencia, por la férrea lógica interna, por confección de personajes, por su desbordante naturalidad y porque debe tener los diálogos realistas más verídicos que haya visto en mucho tiempo (quizá desde Los Lunes al sol). Cuanto tendrían que aprender de esta pequeña joya gente como la Querejeta, Roger Gual, Albert Espinosa y demás autorcillos que pretenden evocar una realidad que solo existe en sus cabecitas y que además de ínsipida resultan poco creíble. Justo lo opuesto a Volverás.
Es muy importante tener una buena historia que contar, pero también tener los elementos oportunos para envolver esta historia y revestirla con un armazón que le aporte credibilidad, esos detalles en los que se pueda sostener y afianzar la historia, y en ese punto Volverás anda muy fuerte. No solo tiene una narrativa sólida y desenvuelta, además contiene ese ingenio espontáneo de esos ambientes lumpen, barriobajeros en los que se adentra. En cada escena brota ese aire callejero que rodea la historia, sólo hay que fijarse por ejemplo en esa escena en la que Unax Ugalde se va sin pagar del bar, o el encuentro de madrugada con el tal Mendoza (sensacional Godoy), que por mucho que sea su maestro se ve que de lo que más tiene ganas es de partirles la cara; o cuando Ulloa se encuentra por la calle a los dos vagabundos que le invitan a vinacho, o cuando Ulloa parece que está picadísimo con su hermano porque le restriega su felicidad y en realidad solo le está tomando el pelo. El guión además está tan bien afianzado que nunca verás una situación sin que primero se haya mostrado algún indicio de que eso es posible, ningún personaje desentona la lógica interna de la película (sentimientos ocultos que inexplicablemente salen a coalición en el momento más emotivo), ni hay idealización o ingenuidad alguna respecto a lo que explica. Esta película tiene la cabeza muy bien amueblada y su evocación de los paisajes y la gente de la calle es de las mejores que haya visto no ya en un filme español, si no global.
A Tristán Ulloa le tengo por un actor muy competente, pero nunca le he visto tan fenomenal como aquí. Sospecho que la dirección de actores de Chavarrías tiene la culpa, que sabe sacar el talento de cada actor y mantenerlo dentro de los márgenes de lo que exige cada personaje. Solo así se entiende que Unax Ugalde, un actor que no es malo pero que suele chirriar de tanto en tanto en cada película que hace, consiga confeccionar un personaje tan compacto, y que además cada actor que aparece consiga desparecer y hacer que su personaje parezca su primera piel, que pertenezca a la historia. No le recuerdo a ninguno de los dos que hayan hecho algo parecido a éstos y, además, tan poliédricos. Ulloa es el complicado, Ugalde el buen chico de vida ordenada, cada uno con sus dobleces y sus claroscuros reflejados con total fidedignidad. Vamos, que el duelo interpretativo entre ambos es sencillamente espectacular.
Aparte de gozar de una gran dirección de actores, a Chavarrías también se le puede atribuir una puesta en escena muy física, de estar muy encima del actor, pero sin que se haga cargante, pues en realidad es imaginativa y audaz, nada acomodada en el cliché. Pocos planos convencionales seguidos se pueden encontrar en esta película.
A esa hora la nota que le doy es un 8 y medio, pero me estoy pensando seriamente lo de subirle la nota. Me ha parecido una reflexión muy acertada sobre la moral mundana, sobre el enriquecimiento rápido, la relatividad de las relaciones humanas, un retrato honesto de gentes de todos los calados, lumpen y pijeras, sin moralinas ni grandes e inútiles lecciones. Quien quiera ver buen cine español, no hará mal en tomar en cuenta esta pequeña joya. Su anonimato es 100% inmerecido.
P.D.: Qué güenorra esta la Elizabeth Cervantes esa, redios!