A-típica y simpática película, a medio camino entre el cine negro de Hammet y compañía (con sus diálogos chispeantes, sus tipos duros y femme fatales, su trama enrevesada y no siempre lógica), y el art-film europeo (con un ambiente raro y casi cercano al sueño, unas rupturas de la linealidad que le aportan textura a la historia, unos personajes menos encorsetados). A-típica porque a pesar de parecer original, se basa en tópicos mil veces vistos. El darles frescura queda en su haber. En su debe, que una vez descubierto el pastel es bastante anecdótico, y que se basa en algo que no se sostiene por ningún lado:
Que en las escasas horas que pasan entre que la prota tira el cadáver, y que en la boda al día siguiente (a mediodía como muy tarde) Charles Bronson le pasa el periódico dando a entender que sabe algo, ha tenido que ocurrir lo siguiente:
1. Llega Charles Bronson al pueblo (por la mañana según le dice a ella).
2. Interroga a todo el pueblo para saber quién ha visto al tío.
3. Se imagina que el tío ha debido seguir a la prota a su casa para violarla, porque su amiga es la única que lo vio.
4. Acude a la casa sin que lo vean y descubre pruebas de que ella se lo puede haber cargado.
5. Solicita unos perros a la policía, y se los dan.
6. Rastrea toda la costa.
7. Encuentra otro cadáver distinto al que buscaba.
8. Se enteran los periodistas con tiempo suficiente para escribir una historia, mandársela al periódico y que éste la incluya en su edición ¿vespertina?
Y mientras, claro, se entera de quiénes son ellos, de cómo hacer que ella confiese, idea toda la trama de la bolsa roja con la foto de él (que ha debido robar de la casa en algún momento), etc etc.
¿Qué les costaba dejar por en medio un día de intervalo para que todo eso fuese plausible?
Quitado eso, una película muy recomendable.
7+/10