El Gatopardo

[Staff CINeol]

Ficha


Coméntala aquí.

[Villano]

Allá en los 60, Italia llevaba ya unos cuantos años siendo la segunda industria más potente del mundo del cine, cosa que salta a la vista viendo esta película, que cuenta con una fastuosa recreación histórica de la Italia del siglo XIX que nada tiene que envidarle a las del mejor Hollywood. Escenas multitudinarias como la del vals hacia el final de la película o la batalla que empieza a los veinticinco minutos de película cuentan con un diseño de producción impecable y son un innegable impacto para la vista por su majestuosidad y su apabullante generosidad a la hora de escenificar esos ambientes y conseguir introducirte de lleno en ese periodo, porque el Gatopardo en parte también en es eso, una interminable fiesta de alta sociedad, con la frivolidad que ello conlleva.

Y a pesar de su aire épico, de que en la mayoria de escenas suelen abundar cantidad de personajes en escena, se trata de un drama histórico de corte íntimo, que gira entorno a la figura que con sobrado aplomo y convicción interpreta Burt Lancaster, el príncipe de Salina, de como ese hombre de carácter a veces áspero y dominante, otras cálido y cortés, un gigante por definición, ve que con la unificación de Italia que su poder decae y su posición pasa a ser anacrónica, tanto como el de su propio cuerpo, al que nota desfallecer y ceder ante la pujanza de las nuevas generaciones, encaranadas por Tancredi Falconeri, quien si que tiene buen ojo para acoplarse a los nuevos tiempos y que es además poseedor de un radiante físico que le hace parecer más merecedor de esa cima que el príncipe de Salina está próxima a abandonar ante él o los burgueses, los nuevos ricos (como el padre de Angelica, el personaje de la Cardinale), que van ganando más y más posiciones. Y por ello Visconti hace un retrato épico salpicado de melancolía, de desencanto y con un carácter agridulce sobre un hombre atrapado entre dos tiempos y maldita la gracia que la hace. Y es que si había un director de cine autorizado para retratar a esa clase social, ese sin duda era Visconti, quien pertenecía a familia aristócrata y aún hace más válida su visión sobre la decadencia de su clase y supone un valor añadido para la película.

Pero si algo tiene esta película que no tengan las superproducciones hollywoodienses de entonces es el derroche técnico, la destreza y la elegancia con la que se utiliza la cámara, creando unos planos maravillosos con una composición visual impecable e impactante, que son un regalo para la vista y que saben sacar provecho tanto de los pomposos y amplios interiores de los palacios y las casas señoriales, como de los admirables campos y paisajes sicilianos, jugando y sacando a relucir su luz y sus colores, que inundan continuamente la pantalla. Una película dirigida con mano firme, que a lo largo de las tres horas y pico que dura su gusto por los planos vistosos y artísticamente interesantes permanece intacto, sin que se le aprecien bajones en ese aspecto.
Qué curiosas eran las películas de Visconti, que contaban con grandes presupuestos pero que estaban hechas como el mimo del artesano. Cuanto no cuesta encontrar películas que aúnen ambas cosas a al vez y al mismo nivel de calidad.

Pero a pesar de sus cualidades, no me parece una película para todos los públicos. A pesar de su aire de superproducción Visconti no te lo da todo masticado y si de verdad quieres comprender al 100% lo que ocurre en la película es mejor que antes indages un poco y leas sobre la época, porque él no te lo va a explicar detalladamente y puede que a más de uno le ocurra lo que a mí, que en más de un momento uno se sentía perdido como un pulpo en un garaje con tanto nombre y tanta mención de sucesos externos que son el fiel reflejo de lo que en la época iba ocurriendo. Ese carácter altivo de la cinta también se aprecia en su ritmo, que lejos de ser complaciente, a veces se hace tan lento y se dilatan tanto las escenas que la película consigue hacerse pesada en más de un rato y dos. Hay que verla con paciencia y con la conciencia de que uno no está viendo una película americana, a la que por lo general les interesaba más hacer espectáculo que otra cosa, si no ante una obra artística.

En su día le puse un 7,5, aunque probablemente esa es una nota inferior a la de verdad se merece.

[Corleone12]

El principal problema que puede derivarse de esta película es su doble naturaleza, drama histórico y peripecia íntima en el mismo paquete. Digo problema porque es probable que lo primero no luzca tanto como lo segundo, ya que en lo concerniente al triste, amargo, lúcido y crepuscular recorrido vital del Príncipe de Salina y la pérdida de su mundo tal y como lo conoce, Visconti emplea una sensibilidad sublime, relatando un derrumbe silencioso, digno y melancólico, al que Burt Lancaster pone cuerpo y alma magistralmente. Es un personaje maravillosamente escrito, pero es Lancaster el que lo eleva a los altares, para mí, uno de los personajes más memorables que servidor ha visto. ¡Qué manera de escapársele una lagrima! No tienen nada que ver (argumental, visual o estilísticamente), pero es una película que me recuerda al cine de Peckinpah por esa manera de recrear las figuras anacrónicas con ese aire épico, melancólico.

La otra cara de la película, que no se me malinterprete, es un derroche de calidad. Pero no seduce igual. Aunque su valía está fuera de toda duda, ya que no tira de rótulos explicativos, voz en off o asideros narrativos típicos en una cinta histórica, sino que te va explicando muchas cosas en paralelo (la venida de los nuevos ricos, el arribismo del lado nacionalista), información que se conjunta perfectamente con el desarrollo del drama íntimo. Y todo esto está tratado desde un punto de vista limpio y diáfano, libre de demonizaciones y sin necesidad de idiotizar/embellecer/deformar el carácter de ningún personaje o bando. Es un ejemplo de objetividad en ese sentido.

En fin, que no es una película que recomendaría masivamente (de hecho no se la recomendaría a mucha gente ), pero no por falta de alicientes (es hermosa, es sincera, está dirigida con buen gusto, etc...), sino porque exige cierta paciencia por parte del espectador para paladear su grandeza. Y la paciencia escasea. A mí me parece uno de los techos del cine europeo, una película grandiosa. Nota: 8/10.

[Damned Martian]

No tengo más que decir a lo que habéis destacado. Es una cinta magnífica, con un soberbio Burt Lancaster (cada vez me gusta más este actor), que se diferencia de la mayoría de producciones épicas en que elige centrar su fuerza en la peripecia interna de los personajes. Soberbios los diálogos del príncipe con el cura, por cierto.

8/10

[morneo]

Pues yo le tengo unas ganas tremendas, de las pocas que me quedad por ver de Lancaster. A ver si le encuentro el momento adecuado.

[JazZe]

Pues yo le tengo unas ganas tremendas, de las pocas que me quedad por ver de Lancaster. A ver si le encuentro el momento adecuado.

Y a ver si consigues que te la devuelvan, no?.

[morneo]

Pues yo le tengo unas ganas tremendas, de las pocas que me quedad por ver de Lancaster. A ver si le encuentro el momento adecuado.

Y a ver si consigues que te la devuelvan, no?.

Iba a decir eso, pero no quería que nadie se diese por aludido