Ficha. Faces

[Villano]

Año: 1968
Género: Drama
País: USA
Formato: B/N
Duración: 130 minutos
Título Original: Faces


Dirección: John Cassavetes
Producción: John Cassavetes / Maurice McEndree
Guión: John Cassavetes
Fotografía: Al Ruban
Música: Jack Ackerman

Interpretes:
John Marley (Richard Forst)
Gena Rowlands (Jeannie Rapp)
Lynn Carlin (Maria Forst)
Seymour Cassel (Chet)
Fred Draper (Freddie)
Val Avery (Jim McCarthy)
Dorothy Gulliver (Florence)


Sinopsis:
Richard Forst es un hombre que nota como se hace mayor y el vacío que supone la vida matrimonial. Una noche decide abandonar a su mujer por una joven con la cual ha tenido una aventura, llamada Jeannie Rapp, una mujer que en realidad no busca amigos. Por otro lado, María, la mujer de Richard es seducida por un tipo en un bar y con él pasa la noche. A la mañana siguiente, Richard vuelve a su casa y encuentra a su esposa con el amante. Cuando éste huye, el matrimonio se tiene que enfrentar al problema cara a cara.

[Villano]

Me parece tener claro cual era el propósito de John Cassavetes cuando hizo esta película: huir del manierismo que tenía contaminado al cine americano de su época para acercarse a la naturalidad que transmitía el cine europeo y hablar sobre la gente que le rodeaba. Su plantamiento estético es loable y por lo menos en puesta en escena acierta. La cámara se infiltra con toda discreción en el interior de esa casa, consigue acercarse a los rostros y capturar sus expresiones, sus reacciones, sus miradas y sus silencios sin ningún gesto artificioso. Se ve muy clara la indecisión que invade a esa gente, esa falta de satisfacción que no se ve compensada por el conocimiento de lo que verdad se necesita. Cassavetes es un estupendo retratista de los vacíos ásperos de la vida cotidiana.
Ahora bien, ese concepto luego no se contextualiza en una historia con un mínimo de interés o poder o en situaciones que merezcan la pena ser vistas.
Cassavetes da carta blanca a sus actores para hagan lo que les rote y éstos no saben que hacer con tanta libertad. Se expresan de una forma atropellada, como si no supieran lo que quieren decir porque no tienen asimilados los personajes y las escenas se dilatan eternamente, hablando mucho y diciendo nada, repitiendo siempre las mismas sandeces y haciéndote la vida más larga. No hay escena que no termine irremediablemente en una asfixiante falta de lógica. No me puedo creer que él crea que la gente de la calle se expresa así. Me cuesta mucho creerme que él viera la pantalla y pensara "ésta sí es mi gente". La forma con la que este hombre pretende llegar a la naturalidad me parece ortopédica. Esos parlamente interminables en escenas obscenamente dilatadas dejan un poso de artificialidad y de descuidado, de que se ha pillado la primera toma, que al final tengo la desagradable sensación de haber visto lo contrario de lo que se ofrece, un producto impostado. Sus planteamientos son interesantes pero sus resultados me resultan fallidos por insustanciales.

Me sabe mal suspender a una película tan atrevida que va a contracorriente de los clichés del cine comercial más brutalizador, pero no puedo tolerar tanto aburrimiento de gratis. Porque si algo tengo claro es que esta película es contundemente anodina.