por morneo » 19 Mar 2006 19:15
No he leído la novela de Oscar Wilde, pero por lo que he visto en varios comentarios, parece que es una buena adaptación del libro de este escritor irlandés. La película me ha recordado a otras en las cuales un cuadro produce cierta fascinación, como pueden ser “Laura” de Otto Preminger o “La mujer del cuadro” de Fritz Lang. A parte de la historia, una mezcla entre drama victoriano, con algo de terror y fantasioso, lo que más me ha gustado ha sido la, justamente galardonada con un Oscar, fotografía. Es visualmente muy bella, con esos contrastes de la niebla de Londres y los bajos fondos o como la escena en la cual (los que hayáis visto película sabréis a que me refiero) la lámpara oscila de un lado a otro. Pero sobretodo es el gran acierto al mostrarnos en color el retrato de Dorian Gray en un par de ocasiones, lo que le da como cierta vitalidad o más fuerza a lo que representa el cuadro.
El argumento es de lo más interesante, muy “faústico”. En él nos encontramos a un joven aristocrático en el Londres decimonónico, que decide hacerse un retrato y decide cambiar su alma por la juventud eterna, provocando una extraña invocación el la cual el cuadro será en que envejezca y no él. Entre los actores más conocidos del reparto, no encontramos a una jovencísima Angela Lansbury, nominada al Oscar a la Mejor Actriz Secundaria por esta película y que un par de años antes había debutado con éxito en la excelente “Luz que agoniza”. Además, vemos a la bella Donna Reed, más recordada por su posterior papel en la maravillosa “Que bello es vivir”. Hay otro actor, no tan conocido, que es George Sanders, que interpreta a Lord Henry Wotton, quien tuvo dos destacadísimos papeles en las fantásticas “Rebeca” y “Eva al desnudo”
Hay que añadir además la buena dirección de Albert Lewin, quien consigue crear una conseguida atmósfera de tensión y en momentos de horror. Además, el diseño de producción es magnífico, con esas suntuosas mansiones victorianas o esos barrios bajos londinenses. En fin, una de esas pequeñas grandes joyas del cine clásico.