Como cualquier película que se precie, es más de lo que aparenta. Sería absurdo que una obra literaria tan considerada como El Gran Gatsby se contentara con hacer un drama romántico, conformarse con que se admire a ese hombre hecho a sí mismo que es el Gran Gatsby y recordar tiernamente el pasado. Basta con fijarse un poco para darse cuenta hasta que punto es encarnizada la crítica hacia la clase acomodada americana de los años 20, a los que califica de hipócritas, cobardes, mezquinos y frívolos*. Al principio parece otra exaltación nostálgica más de una supuesta década dorada, pero a medida que avanza la película se va viendo claramente de que lado están Fitzgerald, Clayton y Coppola cuando sedosamente se retorciendo todo y se ve como nada es lo que parece. Nadie se quiere tanto como parece, nadie es tan bueno como pretende aparentar, lo ideal no existe.
Una cosa que me ha sorprendido es la visión que ofrece de las mujeres, sobretodo de Daisy, que de tan frívola y tontorrona que es se le acaba pillando manía y cuesta un poco de trabajo creerse que merezca tantos esfuerzos y su imagen pueda quedar marcada a fuego en un hombre durante tantos años.
Coppola respeta bastante la novela de F. Scott Fitzgerald (aunque no la recuerdo con demasiada exactitud) y deja una buena base para que Jack Clayton se pueda preocupar de realizar la película con elegancia y buenas maneras, aunque tampoco no llegue a despuntar en genialidad. A pesar de ser una traslación bastante eficaz y respetusoa con tan prestigiosa obra, si no llega a parecer más deslumbrante es quizás por la labor de los actores. Me da la sensación que Mia Farrow exagera los melodramas y Sam Waterston está demasiado frío en un personaje ya de por sí bastante paradito. Quien mejor lo hace es Robert Redford, que hace muy bien de Redford y además consigue transmitir todo el porte y toda esa meláncolia subterránea que recorre a Jay Gatsby. También Bruce Dern está muy bien haciendo de ricachón engreído, aunque quizá le faltara relajar un poco la maldad del personaje: Tom Buchanan es un tipo despreciable pero aquí actua como si supiera que es el malo y que encima le gustara actuar como tal. Ese personaje tiene un poco más de trasfondo.
La película está bastante bien: el diseño de producción es fabuloso, la recreación de los años 20 es sensacional, tiene emoción y demuestra que no cae en los juegos facilones de la exaltación meláncolica barata, pero hacia el tercer cuarto de la película, con la plaga de las covencionales escenas románticas, se me hizo algo pesada. Se nota que eso está puesto ahí y de esa manera para contentar al público de la época. Pero quitando eso, queda una obra muy digna y que supera con buena nota el siempre díficil reto de adaptar una novela de culto masivo.
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-A pesar de lo concurridas que son las fiestas de Gatsby, al final, en el entierro, nadie se interesa por él y por eso lo entierran solo
-Daisy es la auténtica asesina pero no parece luego tener muchos reparos en aparentar como si nada y en continuar con su vida tal cual, demostrando hasta que punto es caprichosa e infantil
-Tom Buchanan es la representación carnal de la doble moral, un personaje genuinamente despreciable: xenófogo, adultero por vocación, soberbio, presuntuoso y clasista a matar.