El Ángel Azul

[Staff CINeol]

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[morneo]

La busqué y la busqué hasta encontrar una copia decente en dvd. Al final me hice con la estupenda edición de Divisa. Tenía ganas de ver esta película, de ver esa película que descubrió a Marlene Dietrich. Dietrich es una cabaretera llamada Lola Lola, que atrae a gran cantidad de gente a su espectáculo. Entre ellos, un grupo de alumnos que adoctrina un rígido y moralista profesor, un genial Emil Jannings. Poco a poco se establece una relación casi paterno-filial entre ambos, con un Jannings que sucumbe bajo el encanto de Lola Lola, la cual busca en Jannings una figura que la proteja. La relación entre ambos se va deteriorando y en ellos se ven reflejados sentimientos de celos, odio, arrepentimiento...culminando con un final un tanto predecible, pero que deja reflejado la decadencia de Jannings.

Para mi, más que el descubrimiento de Dietrich, es la confirmación de que Jannings es un actorazo, como ya demostró en "La última orden"

[Damned Martian]

Mucho ruido y pocas nueces. La verdad es que sólo hay dos motivos por los que esta peli haya pasado a la historia del cine: Marlene Dietrich y la media hora final. Porque el resto es mediocre hasta decir basta.

Durante la primera hora de peli asistimos a un recital de dirección floja e impersonal, guión deslavazado y torpe que se detiene en momentos intrascendentes y no consigue explicar o transmitir lo importante (aún no entiendo realmente cómo pueden llegar a enamorarse los protagonistas, haciendo un esfuerzo puedo imaginarme cómo se enamora él, pero lo de ella... nada, aún estoy intentando sacar en claro qué hay ahí) y una actuación de Emil Jannings que sólo se puede describir con una palabra: bochornosa. El buen hombre parece que se creía que estaba haciendo una comedia muda, porque el recital de sobreactuación, gestos chorras y caretos que pone son realmente vergonzosos. Quizá lo hizo conscientemente para que contrastase más con la deprimente segunda parte de la peli, pero eso no es excusa. De hecho lo convertiría en un truco chabacano propio de un principiante inseguro.

Ahora bien, como he dicho antes, la cosa se salva porque la última media hora cambia radicalmente: se comienza a notar que hay alguien tras la cámara, el guión comienza a detenerse en lo pertinente y a desarrollarlo como debe, Jannings se da cuenta al fin de qué película está haciendo... Y el resultado merece la pena. Y también porque está Marlene, que tiene un desparpajo, una frescura y una naturalidad en su actuación que son raros de encontrar en el cine de esa época, aún anclado en los manerismos del mudo, y más cuando la comparamos con su partenaire. Aparte, claro, de exudar sexo por todos sus poros.

En fin, una película correcta pero muy irregular que, como Gilda, pasó a la historia del cine por motivos testosterónicos.

6/10