por Villano » 30 Oct 2007 17:08
Estamos ante otra historia del hombre en horas bajas que desde la modestia intenta tirar adelante, otro que, como dicen en 'Magnolia', ha terminado con el pasado pero el pasado no ha terminado con él. O por lo menos con una parte del pasado. Lo que hacen válidos los trabajos de Jim Sheridan no son la originalidad de sus planteamientos, ni la brillantez de sus formas, si no el calado que consigue a través de unos personajes homogéneos y consistentes, con los que no es muy díficil involucrarse, y unas interpretaciones de nivel que aún aportan fuerza al buen trabajo de guión. Tan estupendos son estos personajes, que las sensaciones que toca la película (ira, desazón, indignación, tristeza) las viví en su máxima intensidad, como pocas otras veces lo ha conseguido una película: la capacidad de Sheridan para tocar la fibra para estar siempre bien engrasada. Supongo que no es algo generalizado, pero por ejemplo la escena final para mí es de una catarsis superior, con una intensidad absolutamente brutal.
Como siempre la visión que ofrece del conflicto del Ulster se nota por su equlibrio que es de alguien sereno y que lo ha vivido desde dentro, no necesita recurrir a maniqueismos para hacernos ver la situación a sus ojos, expone los motivos de ambos bandos, los dos con igual de válidez, y deja al espectador que juzgue. Como ya hizo 'En el nombre del padre', la historia del conflicto no solo sirve para crear un marco emotivo a la historia, en la cual el individuo es la que tiene más importancia, también nos sirve para conocer algunos de los matices que ahí debieron ocurrir y, por lo tanto, a la vez que nos emociona, también nos aporta algo en lo que pensar.
En cuanto a las actuaciones huelga decir que Daniel Day-Lewis está incomensurable, haciendo esta vez una actuación muy contenida pero que desprende una emotividad enorme y consigue tener en Emily Watson una partenaire a su nivel para conseguir que el epicentro de la historia sea sólido e infranqueable. Los otros secundarios para mí gusto también están de lujo. Por un lado Ken Stott consigue crear un personaje afable pero creíble, un alcohólico derrotado y no un borrachín de chiste. Tanto Gerard McSorley o Brian Cox consiguen estar en su lugar, acojonar y aportar la parte oscura del film pero sin pasarse. La verdad es que no se me ocurre ninguan interpretación convencional o mal fingida. El clima que consiguen crear entre todos de verdad te traslada al Ulster.
Junto a la épica 'En el nombre del padre', para mí ésta es de lo mejor de Jim Sheridan, un estupendo artesando del cine de prosa y un lúcido observador.