Comedia romántica algo atípica sobre la vida de un joven de quince (o dieciséis, no recuerdo bien) años. La película no tiene demasiadas pretensiones, lo que está bien porque tampoco puede exigírsele demasiado. Un guión sencillo, bastante pulidito, con unos personajes bastante bien definidos para los que tal vez los actores no saben estar a la altura. Los adultos sí, pero no tanto los jóvenes, que son además los protagonistas. Magistral Luis Cuenca, que tiene el mejor papel y lo borda con gracia y naturalidad, y muy buena también la actuación de Isabel Otero. Aceptables Lucía Jiménez y Fernando Ramallo, con más problemas para llenar de contenido sus respectivos protagonistas.
La historia tiene partes de comedia con leves guiños de erotismo insinuado que son la parte más evocadora de una película que se centra en el despertar a la vida adulta en esos años de la adolescencia tardía ("la buena vida", según Trueba) y partes, más que dramáticas, ñoñas, lo que quizá disguste algo a los menos amantes del melodrama.
A mí me gustó mucho, en cualquier caso... y Lucía Jiménez es un bomboncito.