kuando se va a ir al cielo, el Diablo, le saka la porkeria de los pulmones, no? o k exactamente lo k hace para "devolverle" la vida? pq ahí hay una cagada de las gordas, o esa es la impresión que yo me llevé...
Le limpia los pulmones después de devolverle la vida, y para devolvérsela es de suponer que le cierra las muñecas, aunque no salga. Lo de los pulmones lo hace para darle tiempo suficiente para que vuelva a acumular motivos para ir al infierno. En el cómic lo que hacen es directamente construírle un cuerpo nuevo y destruir el viejo, en la peli supongo que se habrán centrado tanto en los pulmones para volver a recordarnos una vez más lo malo que es fumar, porque menuda campaña antitabaco que se montan: que si he sobrevivido a cosas increíbles... ¿y esto va a matarme?, que si bienvenida a mi vida arañita, que si constantine COMIÉNDOSE UN NICORETTE...
Otra duda: En la escena en que Constantine vence a Balthazar lo amenaza con darle la extrema unción y mandarlo al cielo... si es tan fácil que un demonio puede ir así, ¿por qué a Constantine le cuesta tanto, cuando seguro que su alma no es tan impura?
Bueno, vista como película y no como adaptación, Constantine es una película buena. Tiene el ritmo, tiene la historia y tiene los personajes. Lo que pasa es que quienes han leído los cómics saben que de Hellblazer se podría haber sacado una película mucho mejor. El personaje de Keanu, aun sin caer en lo hostiable, es muy muy flojo comparado con su homólogo del cómic: refleja una parte muy pequeña de su humor negro, de su acidez, de su inteligencia, de su desesperación y sobre todo de la MALDAD de Constantine... este Constantine va de durillo pero en realidad es un cagado que va corriendo a pedirle al Arcángel San Gabriel que por favor lo dejen entrar en el cielo, que qué tiene que hacer. JOHN CONSTANTINE, sin embargo, sabe que irá al infierno porque es lo que merece, y no pide clemencia. El Constantine real es un embaucador, es un zorro capaz de engañar y humillar al mismísimo Satán una y otra vez, y ésa es su arma: es la vergüenza del engaño la que impide que sus enemigos se venguen de él, es su red de contactos y su "me debes una" lo que lo mantiene vivo, no un lanzagranadas con forma de cruz ni unos nudillos sagrados como ocurre con Keanu. John Constantine es un hijo de perra, de hecho es tan mamón que los fantasmas de los amigos a los que ha traicionado y que han muerto por su culpa lo van siguiendo a todas partes para recordarle sus culpas. Y es arrolladoramente ingenioso, no es un pelele inexpresivo que se queda sin palabras cuando una mujer le pregunta si tiene que desnudarse como KEANU, al que dan ganas de pegarle dos collejas.
Por no hablar de que es mago y no exorcista, y de que nunca, nunca, jamás se metería un puto NICORETTE en la boca.
Luego ya están los "detalles" como situarlo en Los Angeles o transformar a su amigo Chas Chandler, que sigue aguantando a Constantine y no sabe muy bien por qué, en un crío que se llama Chas Kramer y que se cree que es Robert de Niro y quiere ser como KEANU cuando sea mayor.
Pero como peli está bien. Me ha gustado.
Si a vosotros también os ha molado, leed los cómics. Constantine lo haría