Ayer la volví a ver y uff, ¡¡que obra maestra dios mio!!
No sé que destacar de entre tantas cosas... bueno lo más lógico para empezar es destacar una
dirección impresionante, en la escena inicial descubrí que soy multiorgásmico, ¡como se mueve la cámara!
Pero esto no es "Snake Eyes", no solo se consigue mantener el mismo nivel después del sublime inicio, ¡lo supera!
Y es que durante los 100 minutos restantes Welles no paró de sorprenderme con planos imposibles, movimientos vertiginosamente elegantes, increibles planos secuencia, inteligentísimos juegos de luces, de sombras, de enfoques-desenfoques, en fin...¡un auténtico festín visual!
Como segundo punto obligatorio debo destacar la
magnífica ambientación. Con apenas dos minutos nos vemos inmersos en una ciudad fronteriza que parece estar apunto de explotar en cualquier momento. Largas calles con peligros detrás de cada columna, bares vacios o fatalmente llenos, sombras acechantes en cada callejón, moteles de carretera en medio de ninguna parte, un curioso mestizaje entre lo peor y lo peor de a cada lado de la frontera, un coche que explota, un seboso y corrupto jefe de policia, un tosco y noble detective mejicano, una lucha de egos, olor a whiskey, a corrupción, a tensión.....¡¡¡buuummm!!!
Y que decir de las interpretaciones,
excelentemente elejidas. La elección de personajes/actores no podía ser más entrañable/acertada. Quién mejor para dar vida a un viejo perro policía, que sabe tanto por viejo como por diablo, sebosamente corrupto, cojo a balazos, repugnantemete entrañable, que el gran Orson Welles. Quién mejor para darle réplica a través de un detective mejicano tan tosco como efectivo, en el filo de la consagración o el olvido que un carismático Charlton Heston. Y sus partenaires no se quedan cortas. Quién mejor para dar vida a una chica tan seximente inocente como atrevida que una exuberante Janet Leigh. Y qué mejor mujer para resultar creible como la enigmática gitana, la única mujer capaz de soportar a Welles, que la mítica Marlene Dietrich. En fin, no se me ocurre un mejor reparto para dar vida a esta entrañable gama de carismáticos personajes (¡sin olvidar al excentrico recepcionista del motel Dennis Weaver!).
Claro que punto y a parte merece la música. Perfectamente entrelazada con las imágenes, hipnótica, fresca, misteriosa, da la sensación de que Welles ideó la película con esta música rondándole por la cabeza. Sin duda alguna
una gran partitura de Henry Mancini que sabe captar tan a la perfección la esencia del relato que uno las hace indisociables.
Pero si hay algo que no dejó de llamarme la atención durante el visionado, es la sensación de estar viendo algo único, algo nunca visto anteriormente. Welles consiguió hacer en 1958 una película que aun a día de hoy resulta
sorprendentemente moderna, y es que no me es dificil imaginar a directores tan personales como distintos como lo son Scorsese, De Palma o Tarantino babeando ante esta incontestable obra maestra.
En fin, que anoche volví a visitar "Sed de Mal", volví a disfrutarla y, como los buenos lugares, uno disfruta aun más redescubriéndolos. Así que no me cabe duda de que volverá a visitarla, volveré a redescubrirla, ¡digo que si lo haré!