Aunque tiene un comienzo típico, la verdad es que conforme avanza se ve con más interés. Sobre todo, conforme vamos conociendo el personaje interpretado magníficamente por Widmark, la película va ganando en profundidad y tensión.
Robert Taylor cumple en su papel, pero no sobresale. Interpreta al hombre íntegro (aunque antes no lo fue), muy repetido en este género.
Toda la parte final está muy lograda, grabada en ese pueblo abandonado, y el duelo final está muy bien llevado dejando un gran regusto de boca. Sturges siempre cumple, y en los western lo hace de maravilla (Duelo de titanes, El último tren de Gun Hill)
También destacar al eterno secundario villano Henry Silva, en uno de sus primeras interpretaciones.
Un buen western.
Un 7.