Mr.Stevens, el mayordomo: estirado, inglés de pura cepa, frío a más no poder, extremadamente responsable y entregado por completo a la servidumbre de su señor Lord Darlington... imperturbable... lo cual nos lleva a:
Miss Kenton, la nueva ama de llaves: joven, atractiva, responsable y con carácter. Al principio chocan, tratan de molestarse mutuamente y protagonizan
escenas divertidas, como la del chino (de la cual Ivory dijo que era la escena más loca que había rodado). Luego se enamoran, eso si, sin decirse nada, en el más absoluto y estricto silencio.
Todo ello transcurre con el comienzo de la
II Guerra Mundial como contexto histórico, con un Lord de ideales y amistades muy cuestionables, nada éticos ni morales. Stevens lo sabe, pero no puede hacer nada, sólo servir a su señor, mantenerse al margen, porque él le sirve, pero no opina ni escucha, se limita a ver como se quiebran la vida, dignidad y las buenas intenciones de su señor.
Una historia de amor en silencio, elegante, cálida, sutil y envolvente, pero también
realista. Las
decisiones que tomamos marcan nuestra vida, y cuando queremos darnos cuenta la hemos desperdiciado, no hay vuelta atrás.
Sir Anthony Hopkins está
inigualable, expléndido, perfecto... sin duda me faltan palabras para describirlo, pero es que este gran actor está
más que soberbio. Con esos gestos, esa postura, esas miradas, incluso esa forma de servir el vino y de andar. No creo que ningún actor, vivo o muerto, pudiera haber interpretado el papel de Stevens como lo hace Hopkins. La talentosa
Emma Thompson no se queda atrás, hace una
interpretación genial, exquisita, maravillosa.
Aporta humanidad y vitalidad a la película y hace que la "armadura" del mayordomo se tambalee.
Y es que ESTO SI QUE ES UNA HISTORIA DE AMOR en condiciones,
¡cuánta química hay entre ellos! Se lanzan tales
miradas y es tal la química que hay entre ambos, que
llegas a sentirte impotente de que Stevens no le declare su amor a la señorita Kenton, o de que simplemente la plante un buen beso. Para mi, entran en la lista de las 20 parejas con más química del cine.
La
banda sonora es fantástica, la
fotografía excelente, al igual que el
vestuario, guión, dirección y cada habitación de Darlington Hall. Los
secundarios no brillan, que para eso están sus protagonistas, pero realizan unas interpretaciones a la altura del film, en especial Christopher Reeve, James Fox y Peter Vaughan (Stevens padre).
No me olvidaría nunca de mencionar algunas
escenas realmente memorables, como
la del libro, que aparte de resultarme simpática, es apasionante y romántica, a la vez que sutil (como ella le arrincona y él mira su boca desde tan cerca y coloca su mano, a punto de tocarla el pelo); la posterior al paseo nocturno de la señorita Kenton; la del paseo desde el invernadero hasta la mansión, mientras ella intenta desarmarle bromeando y él intenta ignorarla; esa en la que la sombra de Emma le comunica una triste noticia a la sombra de Hopkins; o la conmovedora escena final en la parada del autobús...
Con todo esto,
Lo que queda del día, la historia de una pareja atípicamente perfecta, se hace una
auténtica delicia de ver y sentir.
Nota:8,5/10