Qué simpática la historia de amor, que curioso el envejcimiento de las imágenes para que realmente parezca sacado de los años 20 y cuanta variedad de recursos para mostrar los diferentes elementos de la historia, qué ingenioso eso de explicar la historia en un falso documental para que así resulte más llamativo que si se contara con una historia convencional de ficción... pero para ser sincero, todos esos detalles con el tiempo se acabaran esfumando de la memoria como si fuera un peo. Si hay algo en esta película que para mí tiene valor es esa burla jocosa que hace Allen sobre lo rídiculo que son las modas de masas, que vistas con tiempo provocan vergüenza ajena (excepto para los muy nostálgicos, claro, a esos todo lo parece bien si resulta viejo y sentimental) y que consigue relativizar el juicio de la gente, como si de verdad no tuvieran opinion propia. Un día Zelig es un granuja y al otro le aplauden como monos porque ha realizado una proeza absurda. Cuanta vigencia sigue teniendo esa idea.
Aunque vamos, todo eso está muy bien, pero lo que de verdad me ha entusiasmado de esta película son cosas más frívolas, algunas de sus payadasas del principio, en la que se sueltan tres chistes tan absurdos como formidables:
-La familia de Zelig vivía encima de una bolera, sin embargo era tal el escándalo que formaban que eran los de la bolera los que se quejaband el ruido.
-Cuando se portaba mal, sus padres le castigaban encerrándole en un armario y cuando se enfadaban de verdad, se encerraban con él.
-En el lecho de muerte su padre le dijo que la vida es una pesadilla inútil y le dio un único consejo: "ahorra cortezas de naranja"
O ese chiste gráfico que vemos las piernas de Zelig puestas del revés por culpa del desmedido empeño de los doctores, que creen que lo suyo es algo físico.
O otro, ya más adelante, mucho más sútil, cuando dice que Zelig necesita desaparecer e integrarse en una ideología que le permitiera no pensar por si mismo y que para eso el fascismo resulta ideal
Resulta fabuloso. Lo que no me gusta tanto es cuando se deriva la película hacia la historia de amor, como para rebajar la película. Para mí pierde interés y resulta algo más convencional, aunque comprendo que esa es la manera que tiene Woody Allen de hacer que la película pueda ser vista de una maenra convencional y que a la vez se pueda ver su historia metafórica e hiperbólica sobre la falta de autoestima, pero para mí eso la rebaja y la deja en, simplemente, una película interesante y simpática, pero que por lo momentos se pone previsible y por lo tanto aburridilla. Un 6/10.