por El Pinguino » 07 May 2009 17:50
El estar rodada en un interminable plano secuencia es sin duda la principal atracción de este filme, y lo que lo convierte en una experiencia cinematográfica inolvidable. A medida que pasa el tiempo es inevitable preguntarse cómo es posible que la cámara siga avanzando, que no haya ningún fallo, que todo encaje a la perfección, y habitación tras habitación continúe sin descanso ese infinito desfile de extras representando a nobles, zares, cortesanos, bailarines o soldados; simplemente por contemplar una proeza semejante vale la pena acercarse a ella, aunque también es cierto que se trata una experiencia agotadora, y no es extraño perder la concentración llegando hacia el final.
Ahora, si la forma es impresionante el fondo resulta más críptico y difícil de determinar; creo que hay que estar bastante enterado de la historia de Rusia para captar muchos de los comentarios y referencias que dan forma al discurso de Sokurov. Es por ese motivo que la película me dejó a medias, y una vez acabada tenía la sensación de haber realizado un viaje único del que me había sido escamoteado parte del significado: aunque esto puede deberse a mi falta de conocimientos, creo que también entra en juego cierta pedantería y voluntad de confusión por parte del realizador. Hay algunos personajes y situaciones cuyo significado no estoy solamente lejos de intuir, sino de intuir que puedo intuirlo, juego de palabras con el que quiero decir que parecen puestos únicamente como relleno, para aparentar dar algo de sustancia a los tiempos muertos del recorrido, resultando delirantes o directamente estúpidos.
Por otro lado, sí que existen momentos cargados de auténtico significado, como la visita a la habitación llena de ataúdes, la recepción del zar a los embajadores turcos o la decadente marcha final de los invitados al baile. Son esos los instantes que, más allá de la afinadísima técnica con la que están puestos en escena, tienen interés por sí solos, aunque, como ya he dicho, más que como clase de historia creo que esta película debe disfrutarse como fascinante ejercicio de estilo.