Mmmmm... irregular. Las actuaciones, magníficas, como siempre. Ni los enemigos más acérrimos de Woody Allen le han negado nunca su innegable talento para la composición de los repartos - por una parte lo tiene fácil porque puede conseguir al actor que quiera, pero la cuestión es que siempre encuentra al actor perfecto para el papel. Jason Biggs es un descubrimiento para Allen, porque es un sustituto perfecto para las pelis en las que haya un personaje "Allen" pero no salga Woody.
Sin embargo, y a pesar de que los críticos de Allen dicen que siempre hace la misma película... en esta ocasión llevan algo de razón. "Todo lo demás" es "Annie Hall 2003". La misma historia. Los mismos personajes. La misma resolución. Y, desde luego, aunque las comparaciones son odiosas, lo cierto es que "Annie Hall" no se puede mejorar, así que esta, pues como que es irrelevante.
A ver, juanan_gollum. Allen tiene tres fases más o menos claramente definidas en su carrera. Las podríamos llamar "fase Keaton", "fase Farrow" y "fase Soon-Yi" (creo que él aprobaría el darles los nombres de sus compañeras a esas fases: siempre ha sido un obsesionado de las mujeres
). Eso no quiere decir que Diane Keaton o Mia Farrow salgan en todas esas películas, es sólo un nombre que les he puesto yo.
La "fase Keaton" es la primera y comprende la mayoría de sus películas de humor absurdo y ritmo rápido (herencia de Buster Keaton y demás). De ahí posiblemente las mejores sean "Toma el dinero y corre", "Bananas", "La última noche de Boris Grushenko" y "Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar".
La "fase Farrow" comprende películas menos absurdas, menos frenéticas y con mucha más acidez y diálogos. En opinión de la crítica, aquí es donde están sus grandes obras (más maduras y tal). Destacaremos "Hannah y sus hermanas", "Annie Hall","Manhattan" o "Zelig".
Finalmente la "fase Soon-Yi" (aunque esta "fase" comienza mucho antes que su relación con su hijastra adoptiva) tiene pelis más irregulares. Ya no trabaja con la libertad que tenía en la productora "Orion", la mayoría de grandes temas ya los ha tocado y sus guiones sufren demasiados retoques y pasan por demasiadas manos antes de llegar al final. Aún así algunas de sus mejores películas están aquí: "Desmontando a Harry", "Misterioso asesinato en Manhattan" o "Poderosa Afrodita" son absolutamente magníficas.