Cierto que esta cinta tiene algún que otro tiempo muerto, varios de los personajes resultan puro tópico (ese Michael Rooker en plan psicópata chiflado) y la trama se ve perjudicada por el efectismo atronador de Alan Parker, pero ahí está Gene Hackman con sus cojonazos y dando lecciones de interpretación a cada diálogo que sale de su boca. En algún lado he leído que sobreactúa... y yo digo ¿Hackman y la palabra sobreactuación compartiendo frase? Ja, sin duda esa majadería la escribió alguien que no ha visto
El precio del poder. Otro tanto se puede apuntar el enorme Willem Dafoe, sobrio y contenido, cuyo coprotagonista constituye el reverso idealista del personaje de Hackman. Apreciables actuaciones, también, las del matrimonio en la ficción formado por Frances McDormand y Brad Dourif; su mera presencia siempre es garantía de hondura para cualquier película en la que participan.
Y bueno, la historia del pueblo de Mississippi que ve destapadas sus miserias con la investigación federal de las desapariciones de unos activistas, resulta tan simple como efectiva. En ese sentido, Arde Mississippi no inventa la pólvora, saliendo algo maltrecha de la comparación con los clásicos del género (véase
En el calor de la noche o
Conspiración de silencio) Sin embargo, entretiene que da gusto y cuenta en su haber con alguna que otra secuencia poderosa, además del enorme trabajo del gran Hackman. No me cansaré nunca de repetirlo, uno de mis actores favoritos de siempre
7/10