La mitad de las imágenes de Metrópolis que veáis por ahí corresponden en realidad a esta película:
Es una especie de réplica de Hollywood del film de Fritz Lang hecha para aprovechar su estatus de icono de culto, aunque ya bien entrado el sonoro. Realmente su diseño de producción y ciertos elementos de la distopía que plantea (las personas numeradas, los jueces dictaminando las parejas en función de su clase social, la comida administrada por pastillas, incluso el traer a una persona hibernada en el pasado a la vida) son muy buenos. Pero el resto es una castaña.
El problema es que quisieron hacer una comedia musical, con un cómico de moda en aquella época que se ha perdido en el olvido porque su humor es rancio y caduco. Y la ideología también se ha quedado muy pero que muy atrasada, en especial en relación al papel de la mujer en esta sociedad. Y qué decir de los números musicales, que son un dolor y pegan tanto como una araña en una cena de gourmet. El conjunto es una patochada sin gracia que solo esporádicamente muestra rasgos de inteligencia y cierta capacidad para analizar el mundo a través del futuro. Como curiosidad histórica tiene valor, sobre todo por sus imágenes de la ciudad, pero como cine es mediocre.
5-/10