unkblog escribió:Eso sí, creo que una escena está montada donde no debería, por si alguien la ha visto:
ensayan en casa del amigo de la chica, y en el ensayo salen el bajista y el batería. Luego van a casa del rapero gordo y le dicen que necesitan un batería y un bajista, y luego en la siguiente escena están ya grabando el disco con el mismo bajista y batería del principio
Toda esa parte de la película está montada de forma paralela: al mismo tiempo que se ve cómo reclutan a la gente, se ve cómo ensaya el grupo completo, centrándose cada vez en unos integrantes (los que en ese momento se ve cómo reclutaron).
Pese a ser indie, la verdad es que la peli va apuntando muy claramente al público, es un crowdpleaser en toda regla. Lo que no se conjuga muy bien a priori con su mensaje de ser honesto con uno mismo hasta las últimas consecuencias, no traicionarse para darle algo bonito y vacío al público, ya que el arte es una expresión de uno mismo y no debe comprometerse una visión para hacerla más digerible si no lo es. Digo a priori porque, mirando más de cerca, la película se las arregla para subvertir las expectativas del género en el que se encuadra, aun manteniendo su sensibilidad inocente y energética. El ejemplo más claro:
En lugar de acabar los dos protagonistas juntos, como dictan las reglas de la comedia romántica, hay un breve atisbo de flirteo, pero la película vuelve sobre sus raíles y sigue con honestidad el arco argumental más natural para los dos personajes: él recupera a su familia y ella acaba superando su relación. Pocas veces he visto yo una peli romántica donde la heroína acabe la película sin pareja y sea un final feliz sin paliativos para ella.
Entre esos detalles que le dan una sinceridad encomiable a un guion que ya de por sí define a la perfección a sus personajes, el grandísimo trabajo de todos los actores (en especial un Mark Ruffalo enorme), la naturalidad y calidez de la puesta en escena de John Carney (a destacar también su mano en el montaje, eligiendo muy bien cuándo acelerar y cuándo mantenerse más sereno e intimista para hacer más poderosa una escena), y sobre todo, una música de la que es imposible no enamorarse, la película es un sonoro triunfo que se disfruta como un enano. Puede que sea una fórmula calculada o una historia de segundas oportunidades trillada, pero es tan efectiva, emotiva, tierna y llena de reivindicación del arte y del poder de la música para transmitir la esencia del ser humano, que da igual la intención. Lo importante es que el resultado es una gran película.
8/10