In the Flesh escribió:Luego en las escenas con muchos personajes en pantalla, creo firmemente que las cosas no se hacen bien. Como...
...Cuando la mujer de fassbender irrumpe en una de las fiestas y tira algo a la cara de Lupita, la escena se desarrolla con todos mirando impasibles el monologo de la mujer, incluido Fassbender, en otros ratos cínico e histriónico, ahi se limita a estar sentado, mirar, y soltar un par de frases. Pienso que la composición de la escena es mala, no tiene intensidad y no se hace uso del numero de personajes que tienes en ella.
O cuando hacia el final se le dan los latigazos a Lupita, se vuelve a repetir el bodegón de maniquís, la mujer habla, luego se da paso a Fassbender que no da latigazos, y finalmente Eliofor da los latigazos mientras los demás desaparecen y todo tiene una fuerza tenue y artificial. No da sensación de beligerancia y de aberración, es mas bien algo orquestado.
Pero vamos a ver, si hasta tú mismo encuentras algo valioso en la composición de la escena y ni te has dado cuenta: todos están quietos, no hacen nada. Como en la escena del ahorcamiento. Y esos todos son todos ESCLAVOS. Que no hacen nada. Que se quedan quietos ante todas esas atrocidades. Que miran hacia abajo porque es la única forma de que no se extienda a ellos esa tortura. El único que interviene (al principio) es el protagonista, y poco a poco va adoptando también esa actitud servil, agachada, de perro maltratado.
Precisamente por cosas como la que nombras, el retrato del esclavismo es mucho más sólido psicológica e históricamente. Eran esclavos porque minaban su voluntad hasta convertirlos en maniquíes babeantes, en punching balls de los trastornos mentales de sus amos.
Y sobre la plasmación del tiempo, me parece curioso que por un lado se acuse a la película de convencional, pero por otro se critique las formas en las que se sale de la narrativa convencional para perseguir la transmisión más abstracta y emocional de sensaciones y estados de ánimo, como eso o las escenas sostenidas en el rostro del protagonista.
La violencia, así expresada, pierde su componente espontaneo e inesperado, transmite mucho menos terror. Me remito a las escenas de esclavismo en Django, Tarantino sabe cómo es la violencia real, sabe transmitir que los límites son desconocidos y que todo puede empezar cuando menos se espera, y en cierto modo, Django me transmite un terror hacia el esclavismo en apenas unos minutos de vejaciones que no me transmite 12 años en toda la película.
A ver, no es por meterme con la de Tarantino, porque entre las dos la prefiero, pero ni Tarantino pretende transmitir de forma realista o seria el drama del esclavismo, ni persigue la crudeza y el terror. Su enfoque no es el mostrar el horror, sino el de proporcionar una salida epifánica a los que lo tienen grabado en su mente. Al igual que Malditos Bastardos, es una fantasía de venganza para convertir a las víctimas en verdugos, para ajustar cuentas con el pasado. Y funciona cojonudamente en esos términos, pero si quieres verla como una plasmación sólida de esa época, no se sostiene. Es hacerle un flaco favor, porque no creo que Tarantino esté interesado en esa vertiente.