Está bien, pero me parece a mí que ninguna versión de Grandes Esperanzas me va a cuajar del todo por culpa del libro en sí. Pocas pegas le puedo poner realmente a la versión de Mike Newell: los actores bastante bien (menos una desatadísima Sally Hawkins), el ritmo muy fluido, la historia y los diálogos bien construidos, la ambientación soberbia, el mensaje sobre la clase social y la influencia de padres sobre hijos muy acertado... pero es que llega el tramo final de la historia, y todo hace aguas. Es todo un cúmulo de casualidades incestuosas que está pilladísimo por los pelos, hasta el punto de que te dan ganas de tirar algo a la pantalla.
Que si este es padre de la otra y marido de la criada del abogado que le defendió y que es el abogado de la señora que fue a la que estafó con ayuda de otro que es el que se escapó con él de la cárcel y al que persigue y que la señora se quedó con la hija de este y cogió de pupilo al mismo crío que el maleante decidió apadrinar y que está enamorado de la hija del maleante y... VESTE A LA MIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEERDA
6/10