por Villano » 21 Sep 2008 18:16
Según parece, allá por los 50, Jean Pierre-Melville escribió un guión sobre un gran atraco a una joyería, pero el éxito de, primero, La Jungla de Asfalto y, después, Rififí le hizo guardar el guión en el cajón para evitar que lo tacharan de copión y tendencioso. Un hombre con orgullo artístico. Vistas las películas de Huston y de Melville la decisión resulta coherente ya que ambas comparten cierto parecido. A pesar de sus diferencias. Aunque por un lado lo que a Huston le interesa es profundizar en las historias de los personajes para conseguir que su obra contenga poder dramático y a Melville en cambio le interese más el escenificar al milimetro el crimen en sí, las dos intentan exponer como se construye un atraco implicando a todos sus participantes. Y es que esta película no es más que eso, el interés honesto por reflejar el robo, sin apenas florituras, con gran sobriedad y con ese ritmo pausado que se pone al servicio del habitual derroche de destreza que Melville tenía con la cámara.
No tiene el mismo carisma que El Silencio de un Hombre, pero tampoco le anda muy lejos. La precisión con la que refleja los ambientes policiales y criminales y sus personajes, gente que no hace chistes tontos, que no llama a la novia a cada rato, de cáracter más bien árido, consigue darle un aire de documental poderosísimo, mucho más preciso (también menos encantador) que por ejemplo Bob Le Flambeur o El Confidente. La película tiene unas cuantas escenas impactantes y emocionantes, pero lo que cuenta de verdad es ver la ejecución meticulosa del robo, que es lo que se supone ha de interesar en verdad en una película de estas características. Pocos directores tendrán unos santos cojones como los de Melville e invertirán tantos minutos en representar un atraco y se arriesgarán amantener la película tan silenciosa, de ahí su singular personalidad, su incuestionable credibilidad, que le hace ser un cruce entre El Silencio de un Hombre (por ser un reflejo totalmente transparente del crimen) y El ejército de las sombras (por su forma contenida y tremendamente seca). Hasta tal punto llega la obsesión que si bien los personajes tienen cáracter, en verdad no se profundiza en ellos, no se da a conocer cuales son sus delitos, cómo por ejemplo el caso de Vogel, que vemos que ha sido arrestado, pero no se menciona si ha matado, robado, violado o qué. En ese aspecto se asemeja a La Evasión, que al igual que en El Círculo Rojo, el honor de caballeros entre esos personajes que operan al margen de la ley es lo que más importa y lo que menos, el pasado.
Entre todas las que he podido ver de Melville mi preferida creo que siempre será El Silencio de un Hombre, pero ésta se ha ganado de sobras un lugar de honor. El 8/10 no se lo quita nadie.