Octubre (1927)

[quber]

Año: 1927
Género: Documental / Drama
País: Unión Soviética
Formato: B/N
Duración: 105 minutos
Título Original: Oktyabr

Dirección: Sergei M. Eisenstein
Producción: Sergei M. Eisenstein
Guión: Sergei M. Eisenstein / Grigori Aleksandrov
Fotografía: Vladimir Nilsen / Vladimir Popov / Eduard Tisse
Música: Alfredo Antonini / Edmund Meisel

Interpretes:

Vladimir Popov (Aleksandr Kerensky)
Vasili Nikandrov (V.U. Lenin)
Layaschenko (Konovalov)
Chibisov (Kobolev)
Boris Livanov (Terestsenko)
Mikholyev (Kishkin)
Smelsky (Verderevsky)
Eduard Tisse (Soldado alemán)

Sinopsis:

La película sigue cronológicamente los hechos acontecidos durante la Revolución Bolchevique de Octubre de 1917. Comienza con una introducción previa al estallido de la revolución rusa, continúa con la llegada al poder del gobierno provisional, después muestra el avance del general Kornolov y la puesta en marcha de la revolución, para finalmente acabar con el triunfo de los bolcheviques y su posterior escisión en dos facciones.

[quber]

Película documental más que recomendable para tener una idea más o menos formada de como se desarrollo la revolución bolchevique, y la postura que tomó su escisión menchevique, así como el Gobierno Provisional y el posterior asalto a la Casa de Invierno. Si tenéis algo de curiosidad sobre el tema, no os la perdáis.

Saludos!

[Damned Martian]

Bueno, documental no es. Si esto es un documental, Una Mente Maravillosa también lo es. No, es una dramatización de hechos reales, pero no un documento periodístico. De hecho, es pura propaganda comunista hasta niveles casi insoportables, yo diría que la más clara muestra de cine de propaganda junto a El Triunfo de la Voluntad.

Dicho lo cual, es un jodido peliculón porque Eisenstein es Dios. Yo no sé lo que les daban entonces a los rusos, pero entre él y Dziga Vertov, vaya par de maestros en explorar las distintas facetas expresivas del séptimo arte. Esta cinta repite todas las fortalezas que hacían de El Acorazado Potemkin una obra maestra: el montaje frenético y visceral, el poderío visual en la composición de planos (hay imágenes instantáneamente icónicas, como ese caballo con el carro colgando del puente, o el asalto al palacio, o los mercenarios sacando sus espadas poco a poco), el empleo de metáforas y juegos de significados tan sencillos como inteligentes, la capacidad para sostener una película sin que decaiga el ritmo pese a no tener personajes o protagonistas propiamente dichos, el manejo de la tensión escénica en las escenas más climáticas... Es una clase de cine en estado puro, el lenguaje del celuloide en su máxima expresión. Al servicio de una dictadura, qué le vamos a hacer. Eso no quita para que sea un peliculón.

8/10