Es hora de profundizar un poco en la figura de este gigante de la gran pantalla. Walsh, uno de tantos admiradores de la obra de D.W.Griffith (
Intolerancia,
El nacimiento de una nación...), comenzó su carrera en el cine mudo. Como John Ford, dejó una vastísima producción en este terreno, antes de pasarse al sonoro. Quizás su película más conocida de dicha etapa sea
El ladrón de Bagdad, con el galán saltarín Douglas Fairbanks.
Casi seguro, con toda probabilidad, los amantes del cine clásico habréis visto, incluso sin saberlo, alguna peli de Raoul Walsh. Es difícil quedarte con su nombre, por no haber alcanzado tanta popularidad como alguno de sus contemporáneos, como el propio Ford o Howard Hawks. No obstante, la mayoría de expertos coinciden en su indiscutible valía, situándolo prácticamente al mismo nivel que los ya mencionados. Se suele decir que cada director de esta generación irrepetible tenía su propio estilo para dirigir westerns: Ford, poeta melancólico que reflejaba con irrepetible sutileza el espíritu patriótico norteamericano; Hawks, con
Río Rojo,
Río Bravo o
Hatari!, gustaba de que sus películas fueran protagonizadas por un grupo de profesionales, que se complementan entre sí; Anthony Mann, el especialista en retratar a héroes solitarios e individualistas, ajenos a la sociedad; y, por último, Walsh, cuyas principales virtudes eran el sabor a aventura y la acción trepidante. El mejor ejemplo de este estilo lo encontramos en la magnífica
Murieron con las botas puestas, con Errol Flynn y Olivia de Havilland.
Pero no solo de westerns vive la obra de Walsh. Prácticamente, cultivó casi todos los géneros que hacían furor en la época. Desde el cine de gangsters más
noir (
Al rojo vivo), hasta el melodrama de época tipo
Lo que el viento se llevó (
La esclava libre), pasando por el bélico (
Objetivo: Birmania) o el actualmente tan de moda drama pugilístico (
Gentleman Jim). Especialmente atractivas son sus películas de aventuras en la mar, en las que se desenvolvió como un auténtico maestro. Pocas cosas hay tan grandes en esta vida como la ya mítica carrera de barcos de
El mundo en sus manos, o la batalla central de
El hidalgo de los mares. Sencillamente geniales.
Su carrera finalizó con
Una trompeta lejana, western mal llamado crepuscular, porque de crepuscular no tiene nada. Una auténtica declaración de intenciones, el testamento fílmico del "tío Walsh" (como gustaba llamarle Flynn). Película muy crítica con la caballería norteamericana y el modo en que trataron a las últimas reservas indias, tb hacía gala de su acostumbrado brío aventurero sobre grandes espacios abiertos. No está a la altura de sus mejores trabajos, pero resume bastante bien la filosofía de este autor inigualable: sentido épico, sed de libertad. Quizás los más puros sentimientos a los que puede aspirar todo ser humano.
1955 - Los Implacables
1953 - Un León en las calles
1952 - El Mundo en sus Manos
1952 - El Pirata Barbanegra
1951 - El Hidalgo de los mares
1951 - Tambores Lejanos
1950 - Montana (No acreditado)
1949 - Al rojo vivo
1949 - Juntos Hasta la Muerte
1945 - Objetivo Birmania
1945 - San Antonio (Sin Acreditar)
1942 - Gentleman Jim
1942 - Jornada Desesperada
1941 - Murieron con las botas puestas
1941 - La Pelirroja
1941 - El Ultimo Refugio
1940 - La Pasión Ciega
1939 - Los violentos años veinte
1924 - El Ladrón de Bagdad