por Villano » 14 Jul 2006 00:02
La obra póstuma de Fabián Bielinsky sin duda es una gran película, contiene muchos elementos de buen cine. Tal y como lo veo yo, cada uno de los aspectos de la película son notables: el guión (muy bien hilado), la parte estética, la música, el como está filmada, la historia, la interpretación de Ricado Darín (un actor excepecional, por cierto)... Bielinsky ya demostró con Nueve Reinas que sabía hacer un thriller trepidante (dentro de unos parámetros de coherencia y presupuesto) y aquí ha demostrado que también se pueden hacer películas de intriga con un ritmo más sosegado pero manteniendo el suspense y la intriga, con mucho pulso.
El tono seco o la narración contenida no son para mí un problema en una película como ésta, tan oscura y con una átmosfera opresiva, no me ha parecido que en ningún momento haya buscado hacer otro juego que no sea ese. Es así como se deben hacer los thrillers de intriga de ritmo parsimonioso, es todo lo que Insomnio quiso y no supo ser. No hace falta marear al espectador e inundar la pantalla con fuegos artificiales, basta con presentar los elementos en pantalla, que estén ahí y ya se irán cociendo. De acuerdo, la película no se lo pone tan fácil al espectador, pero tampoco es tan compleja y además cuenta con un par de trucos visuales para ayudar a entender como el protagonista se mete en el robo.
La parte que le toca a Bielinsky por supuesto también está a la altura. Sabe colocar bien la cámara para mostrar planos muy atractivos, consigue que la narración resulte (sobretodo) consistente y además cuenta con una estupenda banda sonora y una maravillosa fotografía para adornarlo todo mejor. Se nota que esta película ha sido hecha con artesanía y seriedad.
Aunque claro, creo que toda la parte anterior no acabaría de tener solidez si no fuese porque cuenta con una estupenda labor acotral. Como ya he dicho antes destaco a Darín, que aquí se nos muestra introspectivo, derrotado pero que se sabe hacer creíble cuando se nos presenta a su personaje como un buen observador. El resto del reparto también sabe entrar en ese juego de la narración (y por o tanto la interpretación) contenida y se nos muestran muy naturales y reales, sumamente creíbles, aunque si bien es cierto que tampoco resultan realmente brillantes, pero está claro que a la película no le hacía falta eso.
El legado de Bielinsky es excelente, lo cual aún hace más dolorosa su pérdida porque está claro que, de haber vivido unos años más, ese hombre hubiera dado muy buenas películas.