por Villano » 18 Jun 2010 18:44
Primerísimos primeros planos a mansalva, cámara que no para de moverse sin ton ni son, efectos gráficos hasta en las escenas más insospechadas... todo lo que aparece en este western es tan excesivo y tan pasado de rosca que lo que me sorprende es que en un momento dado del coño de Juliette Lewis no salga en estampida un tiranosaurio con metralleta disparando a discreción o ver a He-Man cantando ópera mientras baila krumping o algo todavía más paranóico y desaforado.
Podremos hartarnos a señalar sus multiples e infinitas cutreces, pero oye, hasta los cagallones como éste tienen una utilidad, pues es gracias a Blueberry que apreciamos con nuevos ojos los aciertos Caballero Oscuro, aún y con sus pamplinas y flipadas varias, y comprobamos dónde la puede cagar una película que se ha querido hacer como si fuera un clímax continuo.
Casi todo lo que aparece en esta película es un disparate, la falta de cohesión de la narración y la coherencia interna de los personajes llega a niveles de déficit verdaderamente nocivos, claro que criticarle eso a una cosa como ésta es como criticar a una mascletada su falta de harmonia o algo por el estilo. No intentes buscarle el sentido, todo es impresionismo chabacano para deleite del garruleo planetario. Aún y con esas no encuentro justificación posible a que tanto movimiento de cámara acabe produciendo náuseas (y eso que no tiene planos de operador de cámara con parkinson), que la fotografía tenga esa pesturria a photoshop malo y que haya tanta escena de psicodelia pastelera y pasada de vueltas. Más o menos lo que le ocurre también a otro francés amante de la truculencia porque sí, Pitof, el "director" de Vidocq. Si esos dos unieran fuerzas, luego se encontraran a otro par de cenutrios de su envergaruda (supongo que Leterrier y alguno más habrá por ahí) y para acabar se encomendaran a la égida de Luc Besson, se podría fundar un nuevo movimiento cinematográfico (que se llamaría Nu Post Vague o algo peor) con el que tranquilamente se podría dar el pistoletazo de salida al apocalipsis.
En fin, que analizar con seriedad esta película es como querer juzgar por homicidio a un tsunami. Una pérdida de tiempo que no lleva a ningún lado. Lo que, eso sí, al césar lo que es del césar. Que el desenlace se produzca en un plano paralelo a la realidad, lleno de caimanes que vuelan, tiene su qué y encima así se libra de la etiqueta de reivisionismo pulp (claro que dudo que eso sea lo peor que se pueda decir de este aborto), así que de un 3- le subo a un 4-