Miniserie de 10 episodios (sólo tuvo 1 temporada), en donde nuestro vampiro favorito es devuelto a la vida por el profesor Abraham Van Helsing a fin de luchar contra la corrupta y poderosa Orden del Dragón (esto es, el famoso 1% de superricos que controlan la economía, y por ende el poder, a costa del grueso de la población).
Drácula por tanto se instala en un Londres de finales del siglo XIX, interpretando el papel de acaudalado industrial norteamericano al mismo tiempo que da rienda suelta a sus instintos salvajes sea luchando o no contra los integrantes de la Orden del Dragón.
Y claro, como no podía ser de otra forma, tratando al mismo tiempo de ganar el corazón de un antiguo amor ¿reencarnado?
Visto el primer episodio, el cual resulta ameno, es una nueva vuelta de tuerca al viejo Conde, aunque gracias a Dios con intérpretes no-adolescentes abotargados.
El vestuario se ve tan nuevo, y los decorados y localizaciones tan limpias y pulcras, que da cierta sensación de decorado.
En fin, a ver cómo se desenvuelve nuestro Conde en su peligrosa lucha de clases.