Gran cierre de temporada y además inesperado. No me extraña que se esté llevando tantos premios en su país, es de las series más valientes e inteligentes de los últimos años.
Pero hay un par de detalles que me han parecido impropios precisamente de esos valores.
- La "rajada" de Quinn. Un tío que se supone que es un ejecutor sin contemplaciones, se echa atrás en un gesto de bondad infinita.
- La idea de meter el explosivo en el coche de Brody para que lo introduzca en el funeral la puedo comprar, aunque me sorprendería que en las instalacines de Langley pasen los vehículos sin pasar ninguna inspección. Pero lo peor aún es que alguien le manipule el vehículo DENTRO de posiblemente el sitio más seguro del mundo.
Vale que es ficción y todo eso, pero detalles como estos o lo de registrar todo el despacho del vicepresidente dejando huellas por todos lados le restan algo de credibilidad a una serie que por otro lado se muestra bastante realista.