A mi me ha encantado, especialmente Russell Crowe, actor por el que no había sentido hasta ahora ningún tipo de afinidad. Realmente, en esta película se metamorfosea y se mete en el personaje de manera espectacular, llegándote a absorber y a sumergirte de lleno en la película, a pesar de sus 160 minutos de duración (muy bien llevados, la verdad).
Además de todo esto, el estilo visual es maravilloso y el drama te mantiene en tensión durante todo momento, por no mencionar la calidad de muchos de los diálogos.
Es asombroso como Michael Mann ha cogido un tema real, de la calle, digno del Discovery Channel y lo ha trasladado al cine, mezclando un cine comercial con un cine de alta calidad, en el que ni la violencia gratuita ni los guiones absurdos son lo más importante.
Yo le pongo un 8/10