Bajo mi punto de vista a la película le sobra perfectamente una hora, hay escenas que si bien son disfrutables ralentizan un ritmo ya de por sí bastante sosegado. Por otro lado, las actuaciones en las películas japonesas me resultan muchas veces muy exageradas y poco creíbles, y aquí no ha sido menos.
Aún así es una película sobre samuráis muy destacable, desde el momento en el que aparece Kambei es todo un ejercicio de homenaje a ese tipo de samuráis guiados por el honor, donde incluso Kikuchiyo, el más loco y menos noble de todos, demuestra unos principios que están incluso por encima de la humildad de los campesinos.
Ho!