No está mal, aunque le falta algo de chicha. El argumento, muy sencillito: un trabajador sufre un accidente mientras hacía los últimos preparativos para el despegue de una nave espacial en misión a Marte y queda inconsciente. La tripulación descubrirá al polizón una vez despegada la nave.
Lo mejor de la película son las interpretaciones, algo fundamental en una película de interiores con únicamente cuatro personas en toda la cinta. Destaca especialmente Anna Kendrick, en un papel semiprotagonista y que interpreta a la especialista médico de la nave. La película intenta ir de ciencia-ficción
hard aunque deja muchas preguntas en el aire con poso de no tener respuesta:
¿De verdad nadie se da cuenta de que falta un operario? Mira que la construcción en España está lejos de cumplir con las normativas más elementales de seguridad, pero hasta aquí alguien se daría cuenta si falta un compañero. Tampoco el tema de las algas queda claro; si hay algo que caracteriza a los seres vivos es su capacidad de reproducirse, por lo que no se entiende por qué el biólogo debería usar todas las muestras de que dispone en lugar de tomar solo unas cuantas y dejarlas crecer (y no sé cómo pretendía hacerlas crecer en Marte si no le sobreviven ni en la nave; tiene menos mano con las plantas que yo). Finalmente, no tiene sentido ninguno que todo el oxígeno extra que necesitan para mantenerse vivos los cuatro durante seis meses quepa en dos bombonas pequeñas.
La película tiene bastantes aciertos: el ritmo es bueno, la tensión dramática está bien construida y la escena del ascenso hasta el depósito del motor transmite verdadera tensión, pero aún así se queda un poco coja de argumento.