Yo propongo que deporten a Springsteen a Irak y que cante Born in the USA para saber lo que es Born to run
Que suene un tema del Springsteen ahí me parece una traición a The Ram. Puestos a colar a músicos anquilosados, deberían haber puesto una balada heavy, que es al fin y al cabo el estilo que más importancia tiene dentro de la película
Y en cuanto a la película en sí, tenía mis dudas que una historia tan prototiparia de consumo mereciera un león de oro, pero la verdad es que Aronosfky ha demostrado que es un auténtico director y sin recurrir a la truculencia plástica ha sabido ejercer una narración modernita (dilatando transiciones para potenciar el tedio del personaje, no narrar sólo los hechos clave para desarrollar la trama, etc...) y una puesta en escena muy arriesgada que demuestra todo su poder en los combates, que son alucinantes por cómo están filmados, por cómo exigen a Rourke que haga filigranas sin trampa ni cartón después de un plano largo, los detalles (por ejemplo la patada al árbitro) y el estupendo montaje que tienen. Son un triunfo total en cuanto a planificación y ejecución. Indiscutiblemente lo mejor que tiene The Wrestler es su puesta en escena.
Se nota que Rourke ha tirado de muchas cosas vividas en su propia carne para dárselas a este luchador hortera, pero por otro también le aporta otras tantas que le han exigido más trabajo actoral (me refiero sobretodo a la escena del muelle). Una actuación incomensurable, que sabe mantener siempre el punto justo para expresar las emociones del personaje: ni se pasa de malote ni con el almíbar en las escenas sentimentales.
Para mí el problema se encuentra en el guión, que es típico hasta la médula. Con su puesta en escena Aronosfky ha sabido enriquecer una historia que nos la han venido repitiendo un montón de veces desde hace ya casi 80 años, cuando King Vidor hizo The Camp, pero sin llegar a darle giro de tuerca alguno. Es la misma canción con notas muy parecidas: el mismo personaje venido a menos que ha recuperar su estabilidad emocional y que, llegado el momento, se verá forzado a escoger entre arriesgar su salud y alcanzar su sueño. Esa cantinela nos la han repetido ya tropecientas mil veces y el guión apenas si la matiza mínimamente, cosa que la hace muy predecible, que sepas con muchísima antelación hacia dónde va la película y a que sitios pretende llegar. Y no sólo eso, también le sobran algunos gestos demagógicos (el momento dedo de Rourke en la carniceria o el de la Tomei), tan típicos y falsos que casi me cortan el cordón umbilical con la película y la alejan de ser una verdadera obra maestra. Pero por lo menos, aunque lo que cuenta es una historia arquetípica para buscar el oscar, todo está expuesto con entereza (lo que es feo es feo, sin paños calientes) y con aparente honestidad, cosa que sin duda salva los muebles y le libra de ser otra pantomima.
Si se hubieran tomado la molestia de dar algun timonazo de vez en cuando sería una película mucho mejor. O por lo menos más sorprendente. No puedo ponerle más de un 7,5.