Una pequeña joya.
Lo mejor es que siempre he odiado todo lo de Pixar y su copia tras copia descarada, pero esta es una maravilla por lo distinto que es de cualquier otro producto hecho en animación.
Tiene más de expresionismo Alemán que de cartoon y tanto padres como crios les va a parecer una dulzura, ya que tiene en cada plano y con cada secuencia un lenguaje superuniversal, sin caer en el slapstick ni en muecas ni gestos.
Los personajes tienen vida propia y si con las anteriores de Pixar buscaban hacer (sin conseguirlo) una película parte panas y la hostia de la animación, creo que con esta, sin pretenderlo, lo han conseguido.
Los sonidos, los colores, la historia, el diseño, la estructura de la película, el ser simpática sin querer ser graciosa, la dulzura de los personajes, y mil detalles que no voy a desvelar, hacen de esta un clásico instantáneo.
Pero, sobre todo, reitero, la falta de pretensión, salvo la de hacer una película tierna y entretenida, es la que hacen genial esta.
Detalle maravilloso:
el sonido apple cuando reinicia Wall-e
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