Creía que el autor de El Tercer Hombre me podría ofrecer una película que, de no ser del mismo calibre que la que protagonizó Orson Welles, por lo menos resultaría interesante o intensa. Y no. Me he llevado un gran chasco con esta película. Me encuentro con una película rancia, trasnochada, que en ningún momento ha conseguido sumirme en la intriga y está repleta de manierismos y con momentos llegan a resultar inverosímiles. No es que sea mala película, es que es demasiado artificial y más moralista de lo necesario (aunque sin llegar a extremos como La Noche del Cazador, por ejemplo).
En contraste con El Viento que agita la cebada, a esta película se le nota mucho que está hecha por ingleses, sólo hay que fijarse en la visión que ofrece de los irlandeses respecto al Sinn Fein:
ninguno quiere ayudarlos a excepción de la abuela y la tal Kathreen, los únicos que le echan un cable, o lo hacen por temor o por mera caridad, pero en el fondo están pensando en entregarles a la polícia inglesa, es como si quisieran dar a entender que ningún irlandés está con ellos
Pero esto es más bien una causa secundaria. En el fondo ni me va ni me viene, no obstante es un aspecto que afecta al conjunto, que es clave en el desarrollo de la película y con esa parcialidad la credibilidad se resiente. Me convence más a esa gente que ves en películas como En el nombre del padre. En el fondo Reed no les tiene manía, ya que los humaniza, pero le ha quedado muy desdibujado, no sé si por culpa de la censura.
Los motivos por los que no me he tragado nada de esta película son otros más "técnicos". Ya de buen principio, cuando salen corriendo de la fábrica y a Johnny le da esa forzadísima pájara, la puesta en escena me resultó falsa como un duro de madera y toda la secuencia que le sigue, igual: el como Johnny se cae del coche, como sus compinches se quedan ahí embobados... eso que se explica es posible, pero tal y como está presentado carece de credibilidad alguna.
Los delirios de Johnny son los que dan lugar a los momentos más absurdos de la cinta. Cuando grita en el bar, cuando cree que está encerrado en la cárcel... todo echa una peste a oxidado que tira pa'trás.
Y la segunda parte de la película ya es el acábose: frenazo en seco a la tensión con montones de minutos de relleno y con un interés totalmente nulo: la absurda conversación entre el vejete pajarero y el padre Tom, todo el personaje del pintor y casi todas las escenas dónde interviene (sobretodo cuando se nos ponen con lo de que quiere pintar un cuadro). Intuyo que con todo eso se pretendía turbar al espectador, pero día de hoy es imposible porque todo está caducado.
Y lo de las actuaciones manieristas es algo que sé que son intrínsecas en las peículas con más de 50 años y lo puedo soportar si el resto del filme vale la pena (como me sucede con el cine de Orson Welles), pero cuando el resto de la película es como es ésta, entonces ya me irrita un montón. La mirada que James Mason lleva impresa durante toda su persecución en vez de abatimiento y agotamiento, me pareció de apamplado, totalmente desnaturalizada. La química que tiene con la tal Kathleen me parece que resulta nula y sus escenas finales con ella no me transmiten esa turbiedad que se supone que se nos ha querido mostrar, por lo que verla acabar ha sido como ver acabar un anuncio, da igual que se nos ofrezca pequeños grandes detalles
cuando los matan y suena la bocina del barco que podría ser la de su libertad.... oh, miseria
Evidentemente tiene sus cosas buenas como el uso de las sombras que luego explotarían con mucha más gracia en El Tercer Hombre, la fotografía y en el fondo, aunque no me ha entretenido del todo, tampoco me ha aburrido demasiado.
Si la apruebo es porque no creo que sea mala película, pero pero no me ha transmitido nada y su credibildiad brilla por su ausencia.