Yo me alineo con Irulan - como casi siempre - para decir que es un cuento bastante tonto. La película ganaría muchos enteros si la edad media de los personajes descendiera de los 45 años a los 12, porque entonces sería más comprensible la facilidad con la que todo el mundo acepta que tiene una ninfa de agua en la piscina. En el caso de Cleveland (Giamatti) aún es comprensible: él la vio salir del agua, y también podría ser cierto para algún personaje más, pero no para todos.
¿Por qué no puede ser así para todos? Pues porque precisamente Shyamalan ubica su historia en una urbanización habitada por gente normal y corriente; gente que va a trabajar, cuida de sus hijos, ve el fútbol por la tele, sale con los amigos... y NO CREE EN LAS HADAS. ¿Cómo sé que no creen en las hadas? Porque se les notaría. ¿Teneis algún amigo o amiga que crea fervientemente en horóscopos, tarot o alguna cosa de esas? Pues decidme... ¡a que se le nota!
Quiero decir, Shyamalan trata de dar una apariencia de normalidad a todo el vecindario, pero se olvida que parte esencial de esa normalidad es que los adultos si se encuentran a una tía con la cara blanquísima flotando en el agua de su piscina que les dice que es una ninfa acuática lo que hacen es llamar a una ambulancia para que se lleven a la yonqui a hacerle un lavado de estómago. En el mundo
real, que es donde quiere Shyamalan que creamos que transcurre la historia, los coches no funcionan con gaseosa, los elefantes no vuelan usando la trompa como una hélice y los adultos no creen en personajes de cuento. Shyamalan obvia esa última parte, y eso son tres puntos menos en el carnet de guionista.
Por lo demás, el guión hace aguas por más de un sitio... las escenas en las que Cleveland trata de sonsacar detalles del cuento a la señora asiática son las más divertidas de la película, pero ¿hacía falta repetir ese recurso en cuatro ocasiones? Una de las bases de los cuentos es que las reglas de juego se explican todas al principio de la historia, porque sino parece que el que lo cuenta se las está sacando de la manga - que es literalmente lo que Shyamalan hace - además de evidenciar una falta de recursos preocupante.
Los actores no están mal, pero tampoco es esta una película que pueda ofrecer papeles para el lucimiento de los actores. En el caso de Giamatti, su personaje es de trazo muy grueso y bastante arquetípico, con su tartamudeo y su aire bonachón, aunque es el que mejor está entre otras cosas porque es quien más aparece en pantalla. Por lo que respecta a Bryce, el maquillaje actua por ella.
Además, como la historia está contada queriendo dar una apariencia de realismo se pierde parte de la magia que se transmitía mediante la fotografía en películas como "El bosque". En "la joven del agua" ni los decorados ni la fotografía ni la música ofrecen una ambientación destacada. Está bien hecho todo, sí, pero un edificio de apartamentos es sólo un edificio de apartamentos.
Total, que un fiasco.