por el predicador » 24 Jul 2006 12:53
Primera película del mito "Dean" y, posiblemente, la peor de su minúscula filmografía, contando con más de un punto en común con la posterior Esplendor en la hierba (también de Elia Kazan). Director a mi entender un tanto sobrevalorado, Kazan vuelve a recargar su film en demasía, mostrando su afán en tocar cuantos más palos, mejor.
Se trata de una actualización de la antiquísima leyenda sobre Caín y Abel, ambientada en un pueblecito de la costa del Pacífico. Nos encontramos en 1917, en plena 1ª Guerra Mundial; el patriotismo campa a sus anchas, debido a la inminente entrada de los EEUU en la contienda, así como el desprecio hacia los inmigrantes alemanes. En medio de todo, prevalece el drama de una familia profundamente religiosa que cojea de un pie importante: la ausencia de la madre, desaparecida en extrañas circunstancias muchos años atrás.
Ante tal disparidad de ambientes y personajes, sorprende que Kazan no pierda a cada rato el hilo de la narración, aunque ésta, obviamente, acabe resultando desigual. Se puede decir que la película gana enteros a la hora de describir las anárquicas condiciones previas a la Gran Depresión, y también cuando centra su mirada en la melancólica historia de amor (casi) imposible entre Dean y la prometida de su hermano.
Por lo demás, la pretendidamente ambigua actitud de algunos protagonistas termina convirtiéndose en un hándicap, más que en otra cosa. El progenitor, por ejemplo, combina las irreconciliables cualidades de empresario perspicaz y patriarca de religiosidad tan ferviente que raya en el fanatismo. De modo similar, estas contradicciones se extieneden al personaje de Dean que, en tiempo récord, pasa de implorar el amor de su decepcionado padre, a vengarse cruelmente de él, para, finalmente, arrepentirse y suplicarle perdón.
En otro orden de cosas, el personaje de Jo Van Fleet constituye un anacronismo barato; misteriosa, taciturna, de pasado inconfesable... sus escenas en común con Dean no dejan de causar perplejidad, mientras que la secuencia con Raymond Massey, el hermano mayor, resulta grotesca. Igualmente bochornosa es la borrachera de este último, que acaba rompiendo el cristal de una ventana con la cabeza, delante de su pobre y -a estas alturas- absolutamente desolado padre.
De todas maneras, el film no carece de atractivos, como el estupendo prólogo o las emocionantes y dinámicas escenas rodadas en formato panorámico (la mítica imagen sobre el techo del tren, la plantación de judías, la feria, el desfile militar...). Méritos que la sitúan, a mi entender, por encima de la mencionada Esplendor en la hierba, cuyo ritmo también me pareció bastante menos ágil que el de Al este del Edén.
Nota: 6+/10
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el predicador el 14 Abr 2008 22:30, editado 1 vez en total