Parafraseando a Damned: Hay gente que se corre con
Blade Runner. Otros, con
12 monos. Yo me corro con Desafío Total. Me corro mucho.
Ayer la pillé empezada en telemadrid, justo cuando Douglas Quaid se pone en manos de Memory Call, y buah!!; cómo si la viera por primera vez, o incluso mejor. Ya desde nano esta película me encantaba, pero lo hacía, parafraseando a hattie, por las razones equivocadas o al menos por una parte muy reducida de aquellas que la convierten en OBRA MAESTRA ABSOLUTA. Cada vez que la veo descubro algo nuevo, un poderoso matiz que antes escapaba a mi comprensión. La gente suele ningunear este filme por estar protagonizado por
Gobernator e incluir escenas de acción y violencia a cual más burra, pero es que eso sólo es la punta del Iceberg, del glacial enterrado en el subsuelo marciano!
¿Razones? La trama es tan jodidamente apasionante (pura inspiración hitchcockiana; la del hombre corriente atrapado en una situación extraordinaria), las piezas van encajando en el puzle con tal grado de precisión, y el ritmo resulta tan endiablado, que se le pueden perdonar los consabidos fallos menores: desde gazapos astronómicos (señores productores, esto también va por Watchmen, los satélites marcianos son dos; hasta ahí bien, pero no se ven a simple vista desde la superficie del planeta rojo!! Al lado de nuestra Luna, Phobos y Deimos parecerían un cagarro de pulga), pasando por una confluencia quizás abusiva de tramas y subtramas, hasta el coprotagonismo de Sharon Stone, un cacho de carne con ínfulas de diva. Muy bien no me cae, lo admito.
Sin embargo, ¿qué importancia tienen estas cosas cuando todo lo demás raya a tanta, tantísima, altura? Cualquier otra adaptación de Phillip K. Dick palidece ante tal despliegue de poderío visual y, sobre todo, narrativo. Estoy diciendo tonterías, lo sé, pero es que no puedo evitarlo.
Nada, le casco un 10 y me quedo más ancho que largo.
Verhoeven, qué grande eres!!!¡