ESPECIAL “SATYAJIT RAY”PARTE I
Ray, nació en Calcuta, el 2 de mayo de 1921. En un ambiente literario y artístico bengalí. Su padre falleció a los 36 años de edad en 1923. Quien se ocupaba de un negocio familiar, y tras su muerte, el negocio quebró y la madre de Satyajit tubo que mudarse y llevarse a su hijo de seis años consigo para trabajar de lo que pudiera y ocuparse de la educación de Ray. A los nueve años de edad, Satyajit ingresó en la Ballygunj Government hight school siendo un alumno aplicado pero muy interesado en el dibujo y la pintura. Pero su madre tenía otros planes para el joven Ray. Pués a los quince años, fue matriculado en la Presidency College donde su padre y su abuelo se graduaron en economía. Y evidentemente, se esperaba lo mismo de él. Y así lo hizo, pese a su nula motivación al respecto. En 1940, con 19 años, le cambió la suerte. Tagore, un buen amigo de su padre, fundador de una famosa escuela artística, a las afueras de Calcuta, convenció a su madre para que le enviara durante un tiempo a dicha escuela. Y así pues, Satayajit Ray permaneció dos años en Santiniketan, donde pudo formarse artísticamente, aprendiendo así el arte de la música y la pintura. También pudo encontrar allí material histórico sobre el cine Ruso. Pero para Ray el cine no suponía más que un puro entretenimiento y ni se le pasó por la cabeza algún día poder dedicarse a ello. Por lo que su intención no era otra que la de volver a Calcuta y trabajar de diseñador comercial.
En 1942 los Japoneses bombardean Calcuta. Ray regresa a casa preocupado por su madre y de inmediato se pone a buscar trabajo. En 1943 una empresa de publicidad británica le contrata, colaborando en anuncios y diseñando portadas de libros. Mientras, también es contratado en otra empresa importante diseñando igualmente portadas de libros. Viéndose así, con buenas perspectivas de futuro, decide que es buen momento de casarse y así lo hace en 1948 con su prima Bijoya. Y al año siguiente fue nombrado director artístico de la empresa británica. Quienes le enviaron a Londres durante seis meses.
El cine sin embargo siempre había sido una afición para él. Fiel seguidor de las obras americanas de Capra, Ford, McCarey y en especial Wilder. Y ciertamente sentía un gran desprecio por el cine Indio, particularmente al Bengalí. Un paso adelante, aunque no decisivo, fue el de convertirse en el director de la Calcutta Film Society. Su intención era la de analizar las películas, no de realizarlas. Éste pasatiempos, fue revelador para Ray, quien pudo contemplar la obra de Einsenstein (de quien tendría un retrato suyo en su despacho hasta el fin de sus días), y también conocer en persona a un gigante del cine, como lo fue Jean Renoir.
Retomando ahora el tema del envío de la empresa Británica a Ray y a su esposa durante 6 meses, ni que decir tiene que pese a la magnífica carrera del joven de Calcuta llevaba como diseñador gráfico, ahora solo podía pensar en cine. Durante su estancia en Londres, visionó un centenar de películas con el fin de completar su formación cinematográfica. Y tras las innumerables obras maestras que pudo visionar, fue la obra de “De Sica”; “El ladrón de bicicletas” la que más le impacto; “Salí del cine con el firme convencimiento de que quería ser director de cine”.
En 1950 de vuelta a Calcuta, Ray empezó a escribir lo que sería su ópera prima “La canción del camino”. “Sin duda la empresa esperaba que yo volviera convertido en un publicitario hecho y derecho, completamente dedicado a la tarea de vender té y galletas”, ironiza Ray. Pero las cosas no pudieron ser más distintas. Por aquel entonces, el cine nacional no gozaba de buenas críticas en el panorama occidental. Y a Ray le suponía una gran cuestión el hecho de dedicarse a este negocio siendo un reputado hombre de éxito y de buena familia. Pero el nacimiento del primer festival internacional de cine en 1952 dio a conocer grandes obras del panorama mundial a los jóvenes cinéfilos Indios. El cine empezaba a sonar como algo más que un mero entretenimiento. Y Satyajit tenía cada vez más claras sus convicciones.
LA TRILOGIA DE APU La obra de Bibhutibhusan Banerji “la canción del camino” era una idea que le rondaba desde hace años a Ray. La mujer del recién difunto autor, se comprometió a no vender los derechos de la obra de su marido hasta que Ray consiguiera productor. Pero la tarea no fue nada fácil. Varios productores se negaron y no les pareció comercial, ya que no disponía de grandes estrellas ni números musicales. Pese a que el presupuesto estimado era de setenta mil rupias (unos mil euros de aquel entonces). Por lo que Ray se vio en la obligación de rodar alguna escena para poder demostrar que su proyecto merecía la pena.
El royo de celuloide no era barato, ni el alquiler de la cámara y otros materiales. Pero Ray consiguió del seguro de vida y ayudas familiares unas diecisiete mil rupias para grabar las primeras imágenes del film en octubre de 1952.
Un modesto productor, Rana Dutt financiaría parte de la película aportando cuarenta mil rupias. Cosa que permitió a Satyajit contratar a un experimentado ayudante de cámara (el único realmente profesional del rodaje), al equipo de sonido y a algunos actores por un modestísimo salario. Pero pronto el presupuesto se agotaría. Ray empeño sus libros y discos y su mujer hizo lo propio con sus joyas. Pudieron así rodar varias jornadas hasta que al fin se dieron por vencidos. No es hasta 1954 cuando se hace posible la reanudación del film. Durante este periodo, Ray es padre por vez primera, y se le propone enseñar su proyecto al mismísimo Primer ministro, pues una amiga de su madre parecía conocerle de primera mano. Al primer ministro Bengalí le interesó su historia, pese que no conocía la popularísima obra de Banerji. Aunque su condición era la de un final menos trágico. Cosa que no gustó a Ray, pero con tal de avanzar en su obra como director, estaba dispuesto a cambiarlo. Por lo que el Gobierno de Bengala Occidental acabó financiando el proyecto por mas de doscientas mil rupias. Y el rodaje comenzó a primeros de 1954.
Y la suerte le sonrió todavía más a S.R., pues Monroe Wheler, directivo del museo del arte nueva york rondaba por Calcuta y se enteró de “atípico” film que se estaba rodando. Y por tanto quiso entrevistarse con su realizador. Tal fue la sorpresa de Wheler que invitó a la película de Ray para celebrar la premiere mundial en la exposición MOMA. Incluso John Huston que buscaba localizaciones para rodar su “el hombre que quiso ser rey” se interesó por el proyecto y visionó parte del material rodado. Quien le aconsejó que “El publico se impacienta, no le gusta tener que esperar demasiado a que ocurra algo”. Aunque sus informes a Wheler fueron del todo favorables. Y Ray ya tenía pues, una buena plataforma de difusión mundial.
En la primavera de 1955 estaba lista para ser exhibida. La copia de la cinta terminada se envió urgentemente a Nueva York, sin tan siquiera subtitulada en inglés. Se presentó en el MOMA en abril de 1955 con una cálida acogida. Era el momento de estrenarse en Calcuta. Su estreno quedo fijado para el 26 de agosto en tres salas de la capital. Se convirtió en poco tiempo en un gran éxito de publico. Y el boca-oído llego hasta el mismísimo jurado de Cannes y se logro su participación en el último momento. El gobierno de bengala no mantenía la misma opinión a cerca de las imágenes de la vida rural que ofrecía la película. Pero el primer ministro del Estado estaba muy satisfecho. Aunque el ministerio de la Información de la India en un principio desautorizó su exhibición internacional en razón a su visión supuestamente negativa de la pobreza del país.
En contra de lo que la historiografía, sobre todo francesa transcribió en su momento, el festival de cannes de 1956 y la crítica acogió (pese al modesto premio de consolación obtenido) muy fríamente “la canción del camino”. Truffaut dijo al respecto de la cinta de Ray; “europeizante e insípido”.
“Satyajit Ray nos ha hecho ver más de lo que creíamos posible en las pantallas indias”, (Times of India). Decidido a rodar su segunda película, esta vez, tenía todo a su favor. Disponía de productora para su financiación y de distribuidora. En la secuela, Apu y su madre afrontarán el día a día sin la presencia del cabeza de familia.
Aunque Ray tubo durante el rodaje de su segundo film varios problemas técnicos; con la cámara y actores. Su principal disgusto fue con la banda sonora. Aunque disponía de un músico de renombre “Ravi Shankar”, éste disponía de una agenda muy apretada, y no pudo satisfacer totalmente la demanda de Ray, quien la vio insuficiente e incluso un poco decepcionante. “Aparajito”, pese a ganar el Leon de Oro en Venecia, fue un fracaso comercial en Bengala y la crítica no fue favorable al director. Ray consideró al respecto que “el público Bengalí no estaba preparado para el tipo de relación psicológica que presentaba”. Pues “Aparajito” era mucho más madura que “La canción del camino” y el director indio se sentía bastante empático con el personaje principal debido a su similar infancia.
Antes incluso de finalizar “Aparajito”, Ray ya tenía en mente cual iba a ser su siguiente película: Jalsaghar/El salón de música. Pero el viaje a Europa de su actor principal, hizo cambiar los planes de Ray para rodar una comedia; “La piedra filosofal” que tampoco tubo demasiado éxito. El mismo año estrenó “el salón de música” que obtuvo muy buena crítica. En “el salón de música”, diría más tarde Ray. La música formaba básicamente parte de la dimensión realista de la historia. Pero había también, una voluntad antológica: Elegí a los mejores músicos disponibles, para preservar su arte en mi película.
Pero al recibir el Leon de Oro de Venecia, Ray decidió que había llegado el momento de cumplir su promesa y finalizar la trilogía de Apu con “El mundo de Apu”.
Aparna, quien se casaría con el protagonista de ésta tercera entrega, sería interpretada por Sharmila Tagore (de catorce años de edad en el momento del rodaje) y quien se convertiría en una de las grandes actrices del cine indio. Recién licenciado Apu, comienza a buscar trabajo en la Calcuta de 1930. Inesperadamente decide casarse con una joven, ya que la familia de esta cancela su enlace con su prometido el mismo día de la boda, y Apu se ofrece para el casamiento (Tradicionalmente en India, si la mujer no se casaba en las fechas indicadas, quedaría soltera de por vida). En especial se recuerda, la preciosa escena de la noche de bodas entre Aparna y Apu, en la que éste le confiesa que es pobre y la aceptación de ella. Y aunque la novela original es extremadamente trágica, Ray opta por un final más positivo dentro de todas aquellas tragedias que se van deviniendo durante el relato.
Pero la obra de Ray no se reduce únicamente a la trilogía de Apu. En los siguientes especiales, observaremos el desarrollo artístico a lo largo de la carrera cinematográfica de Ray. Y su evolución técnica. Ray dirigió treinta películas durante su carrera, no tres. Y los siguientes especiales estarán dedicados a dar a conocer las películas que en su mayoría se han olvidado o abandonado en los libros de historia.