¡Oh, jóvenes e inexpertos padawanes rotornianos, que lejos estáis de desentrañar todos los misterios de la verdad de ROTOR!
Os tengo que revelar que la lucha final de ROTOR es mucho más que una impresionante batalla mortal coreografiada al milímetro...es una escena que nos muestra con extraordinario estilo (podéis considerarlo surrealista)
los increíbles poderes no revelados del ciborg ROTOR.
Para empezar: es evidente que
la velocidad de reacción de ROTOR sufre una importante merma debido seguramente a los constantes bocinazos que han desestabilizado su sistema de metal-inteligente, además su chasis ha recibido una reciente hiperrecarga (con la batería del coche en la gasolinera), a un amperaje por hora no recomendado (unos 70 amperios/hora), cuando es sabido por todo rotorniano iniciado que el chasis de alta calidad de ROTOR no debería superar los 20 amperios hora por recarga, puesto que se expone a que el sistema neuronal de la aleación desconocida del chasis quede seriamente dañado. En otras palabras: ¿qué ocurriría, hermanos rotronianos, si enchufáramos a una red de alta tensión la batería de nuestro móvil? No se si esta alegoría os servirá para comprender los
daños sufridos por el cerebro-chasis-desconocido de nuestro querido ROTOR. De todas maneras, ya está más que demostrado que los materiales desconocidos (en los que la doctora Steel es una experta mundial) no reaccionan bien frente cierto tipo de descargas eléctricas y sonoras. No es de extrañar que en el análisis de la pelea veamos que a ROTOR parece faltarle “un hervor” y un poco “de nervio” a la hora de disparar su arma contra un objetivo.
ROTOR ataca a su objetivo fundamental: una mujer cuyo delito principal es haber sido acompañante de un infractor de las normas de circulación (y que ROTOR ya se encarga de juzgar y ejecutar al principio del filme). El caso es que el tiempo de reacción desde el momento en que ROTOR apunta con su arma
(una pistola semiautomática Desert Eagle) a la joven, hasta que recibe en la espalda el impacto del disparo de Steel, es de ¡¡¡5 segundos!!! Teniendo en cuenta que el tiempo normal que transcurre entre que un tirador de élite como Coldyron apunta a un objetivo y aprieta el gatillo es de 0,28 segundos...este hecho nos da una idea del daño sufrido por ROTOR en su chasis de hiperbólica calidad.
La pelea en la embarcación arrecia, y parece que ROTOR no quiere soltar su arma pues su cerebro cibernético "intuye" que la doctora Steel va a ser un tanto “dura de pelar”. Pero ¡¡!atentos al detalle!
El arma ya no es una pistola semiautomática Desert Eagle, sino un revólver estilo “Harry el sucio”. Esto, en mi opinión, demuestra que ROTOR es capaz de obrar maravillas, y, al igual que el T-1000 (valga también de homenaje a nuestro hermano que a sacado a colación el tema) de “Terminator” puede convertir sus extremidades en afiladas armas punzantes, ROTOR no le va a la zaga...¡¡más bien le supera!!..porque
puede MUTAR SU ARMA A VOLUNTAD. Quien sabe...quizás podamos ser testigos en ROTOR 2 de cómo una simple pistola en sus manos se transmuta en un lanzacoetes de cuatro tubos.
Pero la violencia inusitada desplegada por “acero” Steel obliga finalmente a ROTOR a soltar su arma, y el letal ciborg propina un fuerte puñetazo a la doctora Steel que la deja en estado de semi-consciencia...(se puede observar que el puño desnudo de ROTOR no sostiene ya el arma...no hay trampa ni cartón en los poderes ilimitados de ROTOR)
ROTOR entonces toma la extraña decisión de arrastrarla a la orilla en vez de ahogarla en el lago. Algunos rotornianos comentan que quizás
la estructura molecular del chasis de ROTOR reacciona tan mal frente al agua como lo hace el cuerpo de la malvada bruja en la película “El mago de Oz”. En este caso, de permanecer demasiado tiempo en el agua, el chasis de ROTOR se derretiría y diluiría en el agua como un azucarillo. Esta teoría no parece tener mucho peso, ya que sería extraño que el “perfecto policía de las carreteras del futuro” (en palabras del profeta y creador Coldyron), no pudiese patrullar durante los días lluviosos...claro que tampoco llueve demasiado en Tejas.
Habría que investigar el hecho.
ANÁLISIS DE LA MEGA-BATALLA STEEL VERSUS ROTOR
Una vez fuera del agua, comienza la titánica batalla entre Steel y ROTOR. Primeramente ROTOR trata de finiquitar a su oponente con un preceptivo disparo a bocajarro
(1)...a propósito, a pesar de (supuestamente) haber perdido su arma en el río, aquí vemos que ROTOR no sólo puede volver a transmutar su arma en el modelo Desert Eagle, sino que, para asombro nuestro ¡es capaz teletransportar su arma desde el río o de “generar” de la nada (o “antimateria”) el arma!. Pero de nuevo le traicionan sus reflejos (visiblemente dañados por las circunstancias comentadas con anterioridad) , y tarda ¡1,57 segundos! en decidirse a disparar...para entonces Steel puede propinar una patada directa a su brazo
(2), evitando el consiguiente disparo rotorniano. La siguiente acción de ROTOR demuestra que su chasis aún recuerda el entrenamiento en artes marciales, puesto que como sabemos, ROTOR a disfrutado de un completo programa de adiestramiento senso-motórico que le permite realizar “desde jui-jutsu hasta tai-chi”: el ciborg trata de propinar un pisotón cibernético (algunos expertos en atres marciales denominan a esta técnica “el pisotón del elefante”) a la heroína Steel, pero esta reacciona con celeridad escabulléndose con la velocidad de una mangosta
(3).
Entonces Steel contraataca con gran furia cogiendo desprevenido al supuestamente indestructible ciborg, lanzándole una tremenda retro-patada
(4) que hace volar a ROTOR varios metros. Pero sorprendentemente, Steel decide parar su ataque y parece buscar su arma (una escopeta recortada) con la mirada...mientras tanto ROTOR, que tiene un gran apego a su pistola y no la ha soltado ni tras el tremendo patadón de “acero” Steel, decide ¡¡enfundar su arma en vez de disparar a la desprotegida Steel!!
(5) Parece ser que diferentes doctores y maestros en la filosofía rotorniana presuponen de éste comportamiento una cierta benevolencia o magnanimidad en el ciborg que Coldyron no parece admitir en su diario heredado por su sobrino (ya que dice que en la construcción de ROTOR no tuvieron el cuenta lo más importante: “la compasión humana”). Pero el acto compasivo de ROTOR no es apreciado debidamente por Steel, que la emprende a puñetazos con el metálico costillar de su oponente
(6). Pero ROTOR desencadena de manera definitiva su fuerza cibernética para acabar con la pelea lo más pronto posible, y endosa un terrorífico semigancho de derecha (o bofetón-ninja de técnica de mano-abierta) directo al cuello-cara de Steel (al más puro estilo Bud Spencer), que noquea parcialmente a su contrincante
(7), permitiéndole de nuevo los segundos (casi minutos) necesarios para desenfundar y apuntar a la musculosa doctora. Suerte que en ese mismo momento Coldyron reacciona y se presta a ayudar a Steel en el singular combate que dirime el futuro del mundo.
He aquí el dramático momento en el que Coldyron trata de desactivar a ROTOR con “la llave”, para lo cual debe acercarse (en palabras del profeta) “lo suficiente”...la comprensible duda que surgirá en toda mente rotorniana y que, lamentablemente, nos hunde de nuevo en las insondables tinieblas de los misterios rotornianos, es la siguiente:
¿Cuál es el orificio secreto por el que Coldyron debe introducir la llave? Por lo que parece , el orificio se encuentra en una zona próxima al rostro de ROTOR...quizás la cerradura se encuentra en el interior de la boca la boca o en las fosas nasales del peligroso ciborg...pero esto sólo son suposiciones de un pobre rotorniano...quizás podremos recibir guía sobre estas dudas que nos corroen de nuestro nunca demasiado ponderado STAR WARS 1977.
Finalmente, el sistema de reacción neuronal de ROTOR parece estar en un estado lamentable tras la pelea con la doctora Steel, porque el tiempo de reacción entre el momento en que ROTOR apunta a Colyron y se decide a apretar el gatillo se dispara a los
¡¡19,50 segundos!!...el resto de la historia, en la que el profeta nos deja perplejos con su incomparable destreza con el lazo, ya la conocéis...
FRASE: “¡¡Coldyron, mire!!”
La doctora “acero” Steel justo antes de abrir con sus propias manos los entresijos de ROTOR y recibir de lleno una descarga de entre 70 y 90 amperios.