La Conspiración del Pánico
Director: D.J. Caruso
Intérpretes: Shia LaBeouf (Jerry Shaw/Ethan Shaw) / Michelle Monaghan (Rachel Holloman) / Rosario Dawson (Zoe Perez) / Billy Bob Thornton (Agente Thomas Morgan) / Michael Chiklis (Secretario de Defensa Callister) / Julianne Moore (Voz de Aria - no acreditada) / Anthony Mackie (Mayor William Bowman) / Ethan Embry (Agente Toby Grant) / Anthony Azizi (Ranim Khalid) / Cameron Boyce (Sam Holloman) / William Sadler (William Shaw) / Eric Christian Olsen (Craig) / Lynn Cohen (Mrs. Wierzbowski) / Bill Smitrovich (Almirante Thompson) / Charles Carroll (Mr. Miller) / Deborah Strang (Madre de Jerry)
Duración: 118 minutos
Sinopsis: Jerry Shaw y Rachel Holloman son dos desconocidos que se encuentran por culpa de una misteriosa llamada de teléfono de una mujer a la que no conocen. Amenazando sus vidas y a sus familias, consigue que Rachel y Jerry se metan [...]
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Estreno en España: 10 de Octubre de 2008
CRÍTICA
La conspiración del pánico (2/5)
Antes de empezar la crítica sobre
La Conspiración del Pánico hay un punto que debemos acordar. La película es exagerada hasta el delirio. La tecnología aparece representada como algo sobrenatural, haciendo cosas imposibles, desconectada de la realidad a pesar de los esfuerzos que hace el argumento del filme por dar una cierta verosimilitud al conjunto.
Ninguno de los bonitos trucos puestos en escena resulta creíble: ni el uso que se hace de los móviles, ni las máquinas que funcionan por control remoto, ni nada. Al lado de la película de Caruso, Enemigo Público parece comedida y cotidiana, y la habilidad de la TX de Terminator 3 de controlar cualquier vehículo a distancia se antoja algo perfectamente razonable.
El asunto es el siguiente: si no podéis perdonarle a
La Conspiración del Pánico esa pretensión de realismo completamente fallida, no hace falta que leáis esta crítica. Sencillamente, no vayáis a ver la película. Pasaríais un mal rato, sintiendo que Caruso insulta vuestra inteligencia. Es difícil, disfrutar así.
Sin embargo, es posible que no os importe toda esa ficción, aun cuando no parezca ser intencionada. El cine bien puede ser fantástico, al fin y al cabo. Si ése es vuestro caso...
Bueno, repasemos los demás aspectos de la película.
(Más imágenes en su galería)
Para empezar, el hecho de que la película sea incoherente con la realidad no quita que el argumento tenga una adecuada coherencia interna. Es decir, hay un argumento, que se yergue sobre una idea concreta de un cierto interés, además, aunque es cierto que por lo demás es simplón y no se preocupa de profundizar demasiado. El problema es que, cuando la película muestra sus cartas finalmente, y después del correspondiente giro argumental, ese interesante planteamiento se apoya en clichés y escenas que uno cree ya haber visto una docena de veces. Y la película, poco a poco, pierde fuelle.
No creo que sea descabellado decir, sin embargo, que
La conspiración del pánico es, a pesar de sus pretensiones de ser algo más, una película de acción, y que el argumento solo busca hacer del esqueleto que la sustente.
Y las escenas de acción son, al fin y al cabo, el mayor logro de la película de Caruso.
A pesar de ser más ruidosa que contundente, y a pesar de hacer evidentes los efectos por ordenador en algún momento del filme, la violencia destructiva de
La conspiración del pánico resulta curiosa y hasta interesante. Hay un par de persecuciones realmente competentes, por citar un caso, y en ellas las explosiones y los choques se presentan con un detallismo sorprendente. Aunque no por ello la película deja de ser blanca e inocua, sin una gota de sangre, la manera explícita en cómo un coche de policía queda aplastado bajo las ruedas de una grúa, por ejemplo, ayuda a hacer el conjunto más vertiginoso y adrenalínico.
La conspiración del pánico es, entonces, una película que nace como un intelectual thriller sustentado sobre una buena idea y que, rápidamente, va perdiendo sus intenciones narrativas en pos de la acción. Eso no quita que podamos llevarnos un par de alegrías con el argumento pero, seguramente, cuando termine el filme, la sensación del espectador será de haber asistido a una especie de broma.
Aun así, si uno ha disfrutado con el ritmo trepidante de la película, con las nítidas explosiones impresas sobre la enorme pantalla de cine y con la participación de los actores de la película (Shia LaBeouf es ese tipo de buen actor que parece relucir aun más en las superproducciones vacías), tal vez le habrá merecido la pena pagar la entrada.
Cada uno conoce sus gustos. Actuemos en consecuencia.