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Crítica - Titanic

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'Historia fácil de lágrima rápida'

06/10/2003 - Por Vadín

(2/5)

Muchos dirán que me he ido a la crítica fácil, ya que esta película no supone mucha dificultad para dicha misión... y tienen toda la razón, pero como alegación diré, que nadie lo había hecho hasta ahora, así pues, algún problema le habrán visto, alguna dificultad o algún escollo para no hacerla... Así pues, seré yo quien se lance... un salto no muy difícil.

Empezar hablando de la historia, como es normal... una historia de lagrimita fácil, de la cual se sabe el resultado (o por lo menos se intuye) desde el mismo momento que se ve el título en la gran pantalla (o en la pequeña, si alguien tuvo la suerte de no verla en cine pero ha caído en la mala tentación de hacerse con ella para TV). No conocemos la historia de los personajes, una rica, el otro pobre y poco más, sobre eso, después se pueden inventar lo que quieran sobre ellos y ponerles el carácter que les dé la gana en cada momento. Gracias a que no tienen historia, ni carácter definido, ni dos frases de genialidad en el guión, los actores pudieron hacer lo que les diese la gana y no deslucir (aun más) el paupérrimo librillo del guionista.

Por lo demás, la historia del Titanic no es más que eso, algo real de lo que no pueden sacar más... El transatlántico más grande del mundo, con todo lujo y que colisiona dos noches después de iniciar su primer viaje con un iceberg que lo hunde... poco más.

Lo único a tener en cuenta son los efectos especiales, que, para 1997 estaban bastante bien (aunque después se hayan dado pasos de gigante en esta materia), aunque aquí también se encuentran "peros", porque eso es debido a la producción, que invirtió una de las sumas más grandes que jamás haya habido en el cine (en su día, la película más cara de la historia) y los efectos especiales no se hacen tanto con talento como con dinero. Vestuario y decorado es trabajo de documentación y presupuesto (otra vez) pero también bastante fieles a lo que eran en aquella época (tampoco tan lejana... recordemos, 1912)

Para concluir, decir que 11 Premios Oscar no son merecedores de ninguna película que se haya hecho jamás, y mucho menos para una historia fácil de lágrima rápida, unos actores normales tirando a bajos y un presupuesto abrumador.

Esta crítica está hecha desde el más absoluto parcialismo, y, supongo, que no vale como tal crítica, pero intento dar los puntos en los que me baso para tener la opinión que tengo sobre esta tira de cinta sin guión y sin actores; cuyo director lo único que tuvo que hacer es decir "corten" cuando algo no le gustaba y poco más.

 

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