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'Una más'

28/09/2006 - Por Korben Dallas

(2/5)

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Director: Frank Coraci
Intérpretes: Adam Sandler (Michael Newman) / Kate Beckinsale (Donna Newman) / Christopher Walken (Morty) / David Hasselhoff (Mr. Ammer) / Henry Winkler (Ted Newman) / Julie Kavner (Trudy Newman) / Sean Astin (Bill Rando) / Jennifer Coolidge (Janine) / Cameron Monaghan (Kevin O'Doyle) / Katie Cassidy (Samanta 27 años) / Lorraine Nicholson (Samantha 14 años) / Tatum McCann (Samantaha 5 años) / Jake Hoffman (Ben Newman 22-30 años) / Jonah Hill (Ben Newman 17 años) / Joseph Castanon (Ben Newman 7 años) / Jana Kramer (Julie) / Michelle Lombardo (Linda) / Sophie Monk (Stacy) / Rachel Dratch (Alice/Alan) / Nick Swardson (Bed/Bath/Beyond) / Sidney Ganis (Dr. Bergman) / Carolyn Hennesy (Kathy O'Doyle) / Elliott Cho (Ping Woo) / Jenae Altschwager (Judy) / Tim Herlihy (Doctor) / Toshi Toda (Ejecutivo) / Frank Coraci (Enfermero)
Duración: 107 minutos
Sinopsis: Michael es un arquitecto que sacrifica su vida familiar para dedicarse al trabajo, en vistas de conseguir un ascenso. Estresado y agobiado, encontrará la aparente solución a sus problemas cuando un extraño personaje de unos grandes almacenes le venda un mando [...]
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Estreno en España: 29 de Septiembre de 2006
Nota I.M.D.B.: 6’9/10 (10369 votos)



CRÍTICA



Adam Sandler vuelve a las carteleras con un nuevo producto dirigido al público adolescente norteamericano (perdón, estadounidense, no se me vayan a ofender los canadienses) para que calienten los asientos de los cines mientras comen palomitas a discreción y beben coca-colas sin dejar más de dos neuronas libres para la comprensión del espectáculo al que asisten. Y uno se pregunta (quizá otorgando de este modo una dimensión de relevancia al film de la que carece por completo, pero que de alguna manera me resulta imprescindible mencionar): en un mundo en que exigir más de tres segundos de atención es demasiado, en que actuamos como autómatas ante los estímulos inagotables de la televisión e internet, ahora que la publicidad y el agotador vendaval de imágenes de la MTv se han convertido en el libro de estilo de los lenguajes de la imagen, careciendo cada vez más de importancia argumentos o simple coherencia, ¿por qué refugiarse en un cuento familiar para embalar los gags del señor Sandler? ¿Realmente el público llegará a analizar los entresijos, el encumbramiento de la familia, el punto de partida meramente dickensiano, incluso la nada sutil apología de valores americanazistas (uy! americanistas) con sus chascarrillos que en el fondo esconden humillaciones a árabes, japoneses, homosexuales y mujeres? Y no pretendo por mencionar esta reflexión ni politizar ni polemizar, simplemente dudo de que un espectador medio con palomitas de maiz por cerebro bien podría pagar su entrada por ver las tetas ralentizadas botando ostentosamente en el tráiler, durante la hora y media o dos horas que dure el film.



En realidad vengo a referirme al hecho de que un actor como Adam Sandler, al que no resto talento ni mucho menos gracia y por el que personalmente profeso cierta simpatía, en la práctica, haya sido protagonista y artífice de una docena de películas clónicas en las que su nula versatilidad como actor ha sido más que demostrada y cuya trascendencia argumental es más una broma que algo siquiera considerable; cuando lo que debería hacer es tener su propio night show en el que tirarse pedos en la cara de sus invitados y reirse de moros y hacer chistes de maricas, que es lo que al fin y al cabo, un espectador busca cuando va a ver una de sus películas. Por ello, me rehúso siquiera a considerar que su labor como Michael, protagonista del film, no sea otra que la de interpretarse a sí mismo una vez más como perfecto espécimen estándar de la comunidad de americanos pro-pizza y hamburguesa y cuanto más gordos a los treinta, mas felices seremos.

El film cuenta con una serie de aciertos, como la presencia del desconcertante Christopher Walken, encargado de producir el conflicto fundamental del film (exceptuando aquello que no salga del cuerpo de Sandler), al ofrecerle el mando con el que manejar su vida tal y como si fuera un DVD. Hecho que propicia un par de curiosidades y gags muy entretenidos incluso originales, como el menú del disco, momento a caballo entre Johnny Mnemonic y Minority Report; o los comentarios en audio de los momentos de su existencia.



Pero a pesar de este curioso planteamiento (no entraremos en discusiones acerca de su melosería y moralista desarrollo) el film cae en lugares comunes y se aleja de un inicio a lo Cuento de Navidad para caer en un algo más chabacano y baladí, siquiera comparable con Regreso al futuro, con la que guarda también cierta simetría.

Sin dejar de reafirmarme en todo lo dicho supra, puntualizaré que, cuando vemos cómo "Mr. Scrooch conoce a Marty McFly" se convierte en La Dama de las Camelias con un final excesivamente pastelero y trágico, el film parece comenzar a tener un poco de entidad en sí mismo e incluso el mismo Sandler es apartado por primera vez al segundo plano quedando como un medio o una parte más, no como el fin en sí mismo. Por supuesto que es un atisbo casi imperceptible y tan banal como un jirón de nube en verano, pero en esos pocos minutos quizá la película gana un poco de peso.

En definitiva, un producto más entre todos los que llegan cada fin de semana a las carteleras, que no sorprende ni por lo mala que es. Divertida, y perfecta para pasar una tarde de sábado con un paquete enorme de palomitas que chupen lentamente nuestros pensamientos y nos hagan crecer en la butaca.

 

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