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Crítica - El Intruso (Enduring Love)

Poster

'Lo mejor el reparto'

31/08/2006 - Por Veerleen

(3/5)

El Intruso (Enduring Love)
Director: Roger Michell
Intérpretes: Daniel Craig (Joe) / Rhys Ifans (Jed) / Samantha Morton (Claire) / Bill Nighy (Robin) / Susan Lynch (Rachel) / Justin Salinger (Frank) / Helen McCrory (Sra. Logan) / Ben Whishaw (Spud) / Lee Sheward (John Logan) / Rosie Michell (Katie Logan)
Duración: 100 minutos
Sinopsis: Es un día espléndido, y la pareja formada por Joe y Claire se disponen a hacer un picnic en el campo. De repente se ven interrumpidos por un globo aerostático fuera de control del que un hombre intenta rescatar a un [...]
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Estreno en España: 1 de Septiembre de 2006
Nota I.M.D.B: 6'5/10 (1814 votos)



CRÍTICA



Un campo idílico. El viento meciendo los árboles. No parece haber nadie en kilómetros a la redonda excepto una pareja de picnic sobre la hierba. Copas de champán, un anillo y un hombre muy nervioso. Aquí está pasando algo. De pronto un enorme globo rojo irrumpe en el campo con un niño atrapado dentro y todo cambia para siempre.

La vida es frágil. Tanto que un hecho repentino puede cambiarla por completo y dar un vuelco a todo lo que parecía importante, imprescindible. El título original de la película Enduring Love habla de todo eso, de lo difícil que es mantener el amor, explicarlo o conseguirlo. Una pena que la importancia del significado del título se pierda en la traducción al español.

La película está basada en una novela de gran éxito del escritor Ian McEwan de la que se dice que tiene las mejores 30 primeras páginas de los últimos tiempos. El director Roger Michell consigue igualmente atrapar al espectador en esos primeros minutos en que se retrata el accidente de globo. El contraste entre el verde de la pradera y el intenso rojo del aparato, la reunión repentina de los personajes, todo en la escena resulta hipnótico, pero especialmente la inutilidad o incluso estupidez del rescate.



Pero después de esos primeros minutos que hacen contener la respiración la película se vuelve algo confusa. Las novelas de Ian McEwan se caracterizan por la exploración de los sentimientos, de los porqués y las motivaciones de los personajes. En sus libros los protagonistas tratan de buscar significado a lo que sucede a su alrededor aunque sea imposible. Semejante cúmulo de intenciones es difícil de expresar sobre el papel, pero no digamos en una película. Aunque algunos de los puntos principales han sido bien resueltos en el guión, como los primeros momentos de obsesión que Joe (Daniel Craig) siente tras el accidente, el resto avanza con altibajos.

Tras el accidente, Joe no sólo tiene que lidiar con sus propios fantasmas, sino que tiene que afrontar la irrupción en su vida de Jed, uno de los rescatadores que parece haberse obsesionado con él. Y es aquí donde la película desconcierta. La relación entre Joe y Jed está tratada de forma confusa, no se llegan a entender las reacciones de los personajes y no sabemos a ciencia cierta a cual de ellos está atacando la locura o la obsesión. Puede que fuera este el espíritu de la novela pero lo cierto es que la película huele a truco, a giro inesperado que no llega a darse, incluso con un montaje de videoclip que aparece y desaparece durante la película sin mayor explicación, tratando directamente de confundir al espectador para que imagine más de lo que hay. Y es que no hay mucho, de hecho la trama es bastante simple.



La película queda en un thriller entretenido, quizá un poco largo o al menos lento en su parte central. Con un final interesante aunque previsible y un epílogo innecesario que roba algo de gracia a los personajes. Qué manía se ha apoderado últimamente del cine de Hollywood de meter con calzador prólogos y epílogos innecesarios que dejan cojeando las películas, véanse La joven del agua o Maleficio por poner dos ejemplos recientes.

Sin duda lo mejor de El intruso es su reparto. Cada uno de los actores sobresale en su papel. Daniel Craig soporta el peso dramático principal sin problemas. Conocido como el próximo James Bond, Craig parece haberse puesto las pilas para poner en circulación unas cuantas películas que refuercen su nombre como buen actor para no ser absorbido por el agente 007. Su mujer, uno de los personajes a que se refiere ese “amor perdurable” del título, es la excelente Samantha Morton. Con un papel mucho más reducido es capaz de sacar el máximo partido a la moribunda relación entre Joe y Claire. Pero quien llama especialmente la atención es Rhys Ifans, el inquietante Jed. Por su aspecto parece sacado directamente de la película Notting Hill desde la que saltó a la fama como el sucio compañero de piso de Hugh Grant. Desaliñado, con pinta de mendigo, despierta a la vez la misma simpatía/ternura que en aquélla, engaño que va dando paso al desconcierto/angustia que despierta en Joe su constante presencia. La verdad es que no queda claro si la diferencia la consigue con su interpretación o con el guión, pero debería plantearse cambiar de aspecto para sus próximos proyectos si quiere ganarse un nombre más allá del secundario peculiar.

 

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