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Crítica - C.R.A.Z.Y.

Poster

'Irregular con tendencia a aburrir'

03/08/2006 - Por Irulan

(2/5)

C.R.A.Z.Y.
Director: Jean-Marc Vallée
Intérpretes: Michel Côté (Padre) / Marc-André Grondin (Zachary Beaulieu 15-40 años) / Danielle Proulx (Laurianne Beaulieu) / Pierre-Luc Brillant (Raymond Beaulieu) / Émile Vallée (Zachary Beaulieu 6 años) / Jean-Marc Vallée
Duración: 127 minutos
Sinopsis: C.R.A.Z.Y. es la historia de dos grandes amores. El de un padre por sus cinco hijos y el un hijo por su padre. Zachary nace el 25 de Diciembre de 1960 y aunque él se siente diferente de todos sus hermanos [...]
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Estreno en España: 4 de Agosto de 2006


CRÍTICA



Como él mismo dice, C.R.A.Z.Y. es la presentación en sociedad del realizador canadiense (más concretamente de Québec) -Jean-Marc Vallée. Curtido en el mundo de los cortometrajes y con un par de films discretos a sus espaldas, Vallée se muestra seguro a la hora de defender este su más personal y mejor proyecto, una película que (a pesar de los casi dos años que ha tardado en llegar aquí) cuenta con algunos premios destacables, como los de Mejor Director y el Mejor Guión en el Festival de Gijón o el de Mejor Película Canadiense en el Festival de Toronto.


C.R.A.Z.Y. es una película biográfica, pues nos cuenta la vida de Zachary Beaulieu (interpretado por dos actores siendo el más maduro Marc-André Grondin). Una vida que arranca –cómo no- desde el momento de su nacimiento, el día de Navidad de 1960 (una fecha que marcará su existencia), y que se cierra cuando, tras muchos años y vivencias, Zach encuentra su lugar. Una vida de la que el verdadero protagonista nunca fue él, sino su padre Gervais (Michel Côté). Y es que dicen las reseñas que esta C.R.A.Z.Y. es, ante todo, la historia de amor entre un padre y un hijo. Un hombre muy masculino y un chico que desde pequeño siente afición por los trajes de mujer y el maquillaje que llevaban artistas como David Bowie.

Nos encontramos ante una cinta que trata el tema de la homosexualidad, en este caso la de un joven que por amor a su padre no quiere ser diferente, un joven que vive en una mentira, que sólo quiere ser normal. Sin embargo, y ya en esta premisa inicial, hay algo que falla, y es que viendo al padre que nos muestra la película es imposible entender que el muchacho se someta a tanto sufrimiento. Es Gervais un padre donde nada es especial, con genio, carácter y algo totalitario. ¿Realmente merece la pena sufrir tanto?, se puede preguntar cualquier espectador al ver al pobre Zachary padecer su homosexualidad en secreto, encerrado en su habitación y escuchando al citado Bowie, a los Stones o a Pink Floyd mientras contempla cómo sus cuatro hermanos mayores (y otro menor) carecen de sus problemas.

Es precisamente la música uno de los dos elementos clave de esta película, elementos sobre los que se sustenta y que son a su vez sus más grandes aciertos. A través de la música se marca y define a los personajes (un Gervais que adora a Aznavour pero que a la vez siente devoción por Patsy Cline o el mismo Zach, a través de cuyos ojos repasamos los ’70 y los ’80). Junto a la música está la religión (rozando el misticismo), siendo este un elemento muy interesante al comienzo de la película (y estando concentrado en la figura de la madre) que da pie a algunas situaciones curiosas y/o divertidas pero que al final parece ser utilizado como válvula de escape un tanto manida. Y es que a pesar del más que palpable esfuerzo de todo el equipo de C.R.A.Z.Y. (desde su director hasta los actores, los departamentos artísticos y los técnicos), la sensación que deja el visionado de esta cinta es amarga. Porque aun teniendo un buen arranque se vuelve casi eterna y quizá lo que nos cuenta “ya nos lo sabemos”. Porque la vida de Zach no nos interesa tanto como debería, su historia no nos es nueva y no sorprende (de hacerlo habría sido hace muchos años). Porque es por lo tanto un film irregular, que decae por momentos, que recurre con excesiva facilidad a los tópicos, que se queda a medio camino de todo y que, lo peor de todo, aburre.



RUEDA DE PRENSA




Michel Côté, Marc-André Grondin y Jean-Marc Vallée



A la presentación española de C.R.A.Z.Y. acudieron su director, Jean-Marc Vallée y sus dos actores principales: Michel Côté y Marc-André Grondin. Durante una extensa rueda de prensa, tanto Vallée como Côté y Grondin contestaron con amabilidad y simpatía a todas las que les formularon, gracias a lo cual podemos conocer hasta el mínimo detalle la historia de esta película.

Canadá es un país generalmente conocido por su buena industria cinematográfica (y por el hecho de que tantas series y películas estadounidenses se rueden allí porque es más barato), pero lo cierto es que esta es una de tantas generalizaciones que no siempre son ciertas. Así, hacer cine en Québec resulta ser algo muy complicado, y C.R.A.Z.Y. es un proyecto que comenzó hace más de diez años, tras terminar Vallée su primera película (que también fue protagonizada por Côté). La escritura del guión llevo cerca de cinco años, y está basado en experiencias personales tanto de Vallée (que aportó los elementos religiosos y musicales) como de su coguionista (cuya infancia y juventud fueron similares a las de Zach). Más tarde se necesitaron cuatro años para conseguir la financiación (siendo el presupuesto total del film algo superior a los cinco millones de euros) o, como dato curioso, los derechos de las canciones que aparecen en él (y que sumaron casi un millón de euros del total del presupuesto).

Más tarde llegaron los actores, ambos conocidos de Vallée (Grondin había protagonizado un cortometraje suyo) y el resto del equipo. El director se planteó el rodaje como un ejercicio de diversión, quería hacer una película en la que todos sus colaboradores disfrutasen a la par de entretener al público. Quería hacer una película como las que le gustan a él (que se declara fan de Almodóvar) y a su vez explotar todos los recursos del cine, desde el uso de las cámaras al montaje. Así se dio mucha importancia a la dirección de arte, al vestuario y maquillaje (el Zach adolescente está inspirado en Bruce Lee mientras que el joven lo está en Sid Vicious) o a la ya varias veces mencionada música.

Lo cierto es que se nota que Vallée disfrutó haciendo la película, y así él acaparó la mayor parte de la rueda de prensa. Los actores simplemente apoyaron sus opiniones o contaron algunas anécdotas del rodaje, así como de la preparación de sus papeles (aunque no se hicieron comentarios demasiado profundos sobre estos temas).

 

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