Siempre nos quedará París.

Toda web de cine que se precie, todo crítico que alardee de serlo, todo amante del séptimo arte, y en definitiva todo aquel que en alguna ocasión haya sentido algo especial en el cine y por el cine, debe conocer esta película.

Pero esta regla aparentemente sencilla no se cumple en todos los casos. Para aquellos que quieran conocer mi opinión sobre esta película y para los desafortunados que no la hayan visto, va dedicado este artículo.

La película de Michael Curtiz quizás no sea tan buena como se dice, quizás tenga más fama que otra cosa, si se visiona con ojo crítico no deja de ser una película más. Pero no nos dejemos influenciar por un primer visionado sin ganas o por los comentarios de los detractores y tratemos de profundizar un poco más.

Cuando tuve la oportunidad de ver Casablanca por vez primera, hace ya unos años, las expectativas eran tan grandes que la película me supo a poco y la deje de lado. Por aquel entonces ya veía bastante cine clásico y decidí que existían películas mejores. Pasados unos años pensé que era hora de darla una segunda oportunidad y ver si se despertaba en mí algún tipo de emoción. He de reconocer que puse cierto empeño en que el ambiente fuera el adecuado y que no hubiera distracción alguna durante los 102 minutos de la cinta. Y en este segundo visionado se produjo una conexión, un clic especial que hace que determinada película se te grabe a fuego en la mente. No sé si fue el aspecto duro de Rick, o la emoción de la escena en la cual se canta la marsellesa o tal vez el encanto de Ilsa, el caso es que mi opinión cambió de forma radical.

Los sucesivos visionados me han llevado al convencimiento de que la obra de Murray Burnett (guionista) es una obra de arte, tanto en el plano interpretativo como en la dirección y la fotografía. Y más si pensamos que muchas cosas se pensaron y rodaron sobre la marcha, con un final que no se tenía muy claro. Pero si nada es perfecto y se improvisaron ciertos aspectos ¿qué es lo que hace a Casablanca tan especial?

Yo lo tengo claro, no creo que se haya rodado, ni se ruede jamás una historia de amor como la de Bogart y Bergman. La frialdad de él, la pasión de ella, pero sobre todo la imposibilidad de la relación, dan a la historia un aire de desesperación, de resignación e impotencia. La guerra, los alemanes, los salvoconductos, nada importa si al final Rick consigue a Ilsa, toda la historia es una gran excusa para contarle al espectador cuanto están sufriendo los personajes.

Si he de destacar algún momento de está extraordinaria película tal vez me quede con dos escenas, la ya mencionada de la Marsellesa y por supuesto la famosa escena final.

Si además tuviera que destacar algún actor del reparto, dejando a un lado a Bogart y a Bergman que están impresionantes, es reconocido por todo el mundo que la actuación de Claude Rains es excepcional.

El ambiente sórdido de Marruecos, el humo, el alcohol y una melodía inolvidable dan el toque final que convierte a Casablanca en la mejor película de todos los tiempos...

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