Grizzly Man
Director: Werner Herzog
Intérpretes: Werner Herzog (Narrador)
Duración: 103 minutos
Sinopsis: Narra el relato de Timothy Treadwell, un hombre que presumía de poder vivir entre los osos grizzly de la salvaje Alaska pero que finalmente fue matado por uno de ellos. El conocido realizador Werner Herzog usa incluso parte del material grabado [...]
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Estreno en España: 16 de Junio de 2006
Nota I.M.D.B.: 8'1/10 (4799 votos)

CRÍTICA

Grizzly man no es un documental sobre osos grizzly, ni un documental sobre naturaleza ni un reportaje de Nacional Geographic; es sólo la historia de un hombre, un hombre que dedicó los últimos trece años de su vida a conocer y dar a conocer a los osos grizzly, viviendo entre ellos y grabando sus experiencias años tras año. Sobre si su labor fue positiva o negativa para el propio hábitat que protegía es imposible ponerse de acuerdo; cada cual sacará sus propias conclusiones. De hecho, el propio director Werner Herzog no termina de ponerse de acuerdo consigo mismo sobre su personaje. Durante todo el metraje se debate entre la admiración y la repulsión casi a partes iguales mostrando la belleza del trabajo del protagonista y, a la vez, desvelando sus miserias y locuras.

Una de las cosas, por tanto, que más sorprenden de Grizzly Man es lo rápido que los osos dejan de ser los protagonistas, e incluso de aparecer en la cinta para centrarse en el protagonista humano. Timothy Treadwell es centro absoluto de la película, no sólo por ser su actor principal, igual que en sus propios videos, sino también por ser casi su director. Herzog recupera los cinco años de material audiovisual que Treadwell grabó en sus estancias en Alaska y los revisa y selecciona toma por toma para entremezclarlos con las visiones de quienes le conocieron hasta tejer una reconstrucción de la vida y muerte de un personaje singular.

La calidad y meticulosidad con las que Treadwell grabó siempre sus imágenes resultan de enorme provecho para la película que no se ve perjudicada en absoluto en su calidad por usar material original. De hecho, la cercanía tipo “reality show” que se consigue ayuda a atrapar al espectador que asiste entre incómodo y alucinado unas veces a momentos mágicos y otras a la absoluta desesperación y desvarío de la soledad de Treadwell.

Quizá el punto negativo de Grizzly man sea el consciente uso del morbo para crear mayor expectación. La trama acaba por centrarse casi exclusivamente en la reconstrucción paso a paso de la truculenta muerte de Treadwell y su novia Amie Huguenard, devorados por el propio protagonista de sus últimas filmaciones. En todo momento se nos deja claro que no se nos va a contar una historia de osos, ni la historia de un hombre, se nos va a contar la historia de cómo murió un hombre. Ese planteamiento resulta algo burdo. La vida de Treadwell y su trabajo resultaban por sí solas suficientemente interesantes como para haber reducido su muerte a un capítulo más de la historia, pudiendo ahorrarse así momentos de lo más efectista protagonizados por el propio Herzog.

De cualquier forma Grizzly man resulta digno de verse, interesante no sólo por el elemento morbo, sino por dar a conocer la figura de este naturalista entre iluminado y desquiciado. La belleza de las imágenes entronca con el espíritu del cine de Herzog. El documental no presenta la realidad sino que la escenifica e intensifica convirtiendo a Treadwell en presentador y adivino de su propia muerte en momentos escalofriantes aunque muy calculados. El guión resulta por ello efectista pero sin duda efectivo subrayado por una banda sonora de sabor genuinamente americano. Como el propio Herzog, nos quedamos con la misteriosa belleza del vacío que sin darse cuenta Treadwell retrató con sus imágenes.