No imagino la increíble expectación que tuvo que suscitar esta película cuando se estrenó. Por que el maestro Quentin Tarantino había elaborado su primer film después de haber firmado, a principios de la misma década, dos de las mejores películas jamás hechas, como son Reservoir Dogs y Pulp Fiction. Es por ello que popularmente se considere a esta obra como "menor" dentro de la filmografía tarantiniana debido a su, inevitable por otra parte, comparación con sus dos trabajos previos. Pero el calificativo "menor" no significa en absoluto que se trate de una mala película, todo lo contrario. Evidentemente Jackie Brown no tiene la fuerza visceral y profundidad que tenían Reservoir Dogs y Pulp Fiction, carece de esa vena desaforada tan característica de su autor; no obstante esta película es un ejercicio de sofisticación y de narración prolija y lineal y ante todo una clara manifestación de no encasillamiento por parte de Tarantino. Esto no significa que las constantes habituales de su cine se hayan perdido, ni mucho menos.

Adaptación de la novela de Elmore Leonard "Rum Punch", trata las visicitudes de Jackie Brown, una azafata que trabaja para un mafioso de tres al cuarto, Ordell Robbie, para el cual pasa dinero clandestinamente. Un día es pillada por la policía y entonces empieza un juego en el que Jackie está en medio, por un lado la policía y por otro Ordell. Todos tienen el mismo objetivo: conseguir una bolsa con medio millón de dólares.

Este es, a grandes rasgos, el planteamiento del film.
Tarantino renuncia a su clásica narración laberíntica y enrevesada (salvo al final) para optar aquí por una lineal pero no por ello menos atractiva, con elegancia y preciosismo, contando los hechos con un ritmo admirable, sosegado pero premioso a la vez. Lo cual me afirma más todavía que pocos pueden contar una historia con tal grado de perfección.
La historia supone también una cínica y desmitificadora visión de los gangsters, cosa ya vista aunque en menor medida en Reservoir Dogs y Pulp Fiction, desde esa hilarante vena cómica que siempre suele impregnar las pelis de Tarantino, acentuada siempre por sus primorosos diálogos, genuina marca de la casa, de una ingeniosidad y genialidad que solo él puede conseguir. El maestro también reúne una mezcolanza de géneros, desde matices propios de blaxpotation, el drama, el thriller, momentos surrealistas, de comedia pura y todo bien homogeneizado a lo largo de una película muy curiosa, con una conseguidísima estética setentera, y, sobre todo, inteligente, muy inteligente.

El cast es un gran punto fuerte de la película. Samuel L. Jackson hace (con permiso de Jules Winfield) la interpretación de su vida como el imponente Ordell Robbie. Pam Grier cumple y soberbios Robert Foster y De Niro. Muy bien secundados con las intervenciones de Michael Keaton y Bridget Fonda.

Cabe destacar la siempre genial banda sonora que acompaña a los films del maestro. En especial la escena del principio, con Pam Grier corriendo por el aeropuerto con el Across 110th Street de Bobby Womack de fondo. Sublime.

Una obra muy inteligente, hecha a base de talento puro, cien por cien disfrutable, lejos de las ya inmortales Reservoir Dogs y Pulp Fiction, pero una grandísima película, tremendamente recomendable.

8'75/10