Syriana
Director: Stephen Gaghan
Intérpretes: George Clooney (Bob Barnes) / Matt Damon (Bryan Woodman) / Jeffrey Wright (Bennett Holiday) / Alexander Siddig (Príncipe Nasir Al-Subaai) / Mazhar Munir (Wasim Khan) / Chris Cooper (Jimmy Pope) / Christopher Plummer (Dean Whiting) / Amanda Peet (Julie Woodman) / Nicky Henson (Sydney Hewitt) / Tim Blake Nelson (Danny Dalton) / Akbar Kurtha (Príncipe Meshal Al-Subaai) / William Hurt (Stan) / David Clennon (Donald) / Tom McCarthy (Fred Franks) / Robert Foxworth (Tommy Barton) / Jocelyn Quivrin (Vincent) / Max Minghella (Robby Barnes)
Duración: 126 minutos
Sinopsis: Desde los hombres que pactan tratos secretos en Washington hasta los que controlan los campos petrolíferos en el Golfo Pérsico, Syriana intenta iluminar las consecuencias humanas que acarrea la persecución a cualquier coste de la riqueza y el poder. Un agente de [...]
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Estreno en España: 3 de Marzo de 2006
Nota I.M.D.B.: 7,2/10 (8.511 votos)

CRÍTICA

Petróleo, Oriente Medio, turbios negocios y multimillonarias fusiones, el poder de los grandes hombres de nuestros días flota sobre una base tan poco sólida que asusta, donde los cruces de intereses son demasiado complejos para ser controlados. Syriana es el apelativo que en la política internacional recibe el futuro y desarrollado Oriente Medio y no deja de ser irónico tal título para una película donde lo único que nos queda del todo claro es que ese utópico cambio jamás llegará a producirse. A nadie le interesa.

Stephen Gaghan, responsable casi por completo de Syriana, escribe y dirige una película que fácilmente podría haberse convertido en un tostón incomprensible y sin embargo, con la misma magia con la que nos sorprendió en Traffic, es capaz de moverse con acierto tocando cada uno de los hilos de sus marionetas. El guión de Syriana es excelente, primero por ser capaz de hacernos llegar, sin marear, tan intrincada trama, y segundo, porque la construcción episódica con la que crea su historia es a la vez tan compleja y tan simple que resulta brillante. Compleja porque, a pesar de ser cuatro las historias principales, nos hace ver mucho más allá de sus protagonistas y simple, porque consigue saltar de unos a otros con una facilidad difícil de igualar. En los últimos años, la narración en forma de vidas cruzadas parece haberse puesto de moda por la capacidad de sugerencia que posee y las posibilidades que otorga al espectador de participar en la reconstrucción de la historia. Sin embargo, es muy diferente contar cuatro historias y luego intercalarlas en el montaje, a conseguir que cada salto de un punto a otro del globo cobre sentido y cada personaje tenga un paralelismo con otro que se encuentra a miles de kilómetros. Gaghan tiene cuatro historias pero en realidad nos cuenta una sola.

Además del guión, Syriana se apoya en otros dos pilares fundamentales: el montaje, vital en este tipo de cine lleno de saltos y giros, y la dirección. Si ya sabíamos que Stephen Gaghan era un excelente guionista, resulta sorprendente descubrir que su trabajo como director es igualmente correcto. La composición de la película bebe del mismo espíritu de puzzle meticuloso que el guión y el hecho de que Gaghan se hiciera cargo de ambos resulta beneficioso para el resultado final puesto que complementa ambos campos. Quizá lo más destacable sea la sensibilidad con que salta de un extremo a otro de su historia. Se sirve de paralelismos, semejanzas o incluso asociaciones de ideas que parecen surgir del propio espectador al que Gaghan lleva de la mano hacia donde quiere.

Para contar su historia Syriana cuenta con 100 personajes de los que 70 tienen frase en la película. Con tal número de apariciones y complejidad temática, la sobriedad de las actuaciones resulta vital. Nadie puede destacar sobre nadie puesto que uno de los valores de la película es mostrar a todos al mismo nivel, piezas de ajedrez que pueden destruir y ser destruidas con la misma facilidad. Clooney sorprende en su rol de agente de la CIA inmerso en una gigantesca conspiración. Su cambio, tanto de aspecto como de registro, resulta refrescante para la carrera de un actor que parecía encasillado como galán y que sin embargo ha dejado a todo Hollywood con la boca abierta al demostrar su talento como guionista y director. Puede que tengamos delante una nueva transformación profesional al estilo Clint Eastwood.

Syriana es, a pesar de toda su complejidad, una película realmente interesante, que ofrece puntos de vista nuevos y mucha de la información que siempre parece faltarnos para comprender las noticias que nos llegan por televisión. Gaghan nos da piezas para seguir con el imposible puzzle del poder y el petróleo, pero no nos las entrega todas, lo que nos falte es cosa nuestra y de aquello que seamos capaces de interpretar. Y, por supuesto, tampoco se nos ofrece un final o una conclusión. Para saber cómo acaba todo, cómo llegará a construirse la Syriana de Oriente Medio, mucho nos tememos que tendremos que sentarnos a esperar. Una tensa espera rogando para que una gota de crudo mal derramada en un extremo del planeta no traiga como resultado una guerra en el extremo opuesto. Y es que, todo está conectado.