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Crítica - Kinsey

Poster

'Recomendable'

04/02/2006 - Por Sycamore

(4/5)

Está claro que los biopics no pueden contar la vida de nadie insustancial, y también está claro que no pueden contar la vida de nadie que no levantara ciertas polémicas o escondiera cosas oscuras entre su brillante Currículum Vitae. Ambas cosas están claras en la vida de Alfred Kinsey, un eminente científico del siglo XX apenas conocido pero bastante influyente en nuestra forma actual de ver la vida. Sin embargo sorprende que la conservadora Hollywood diera la oportunidad al prometedor Bill Condon (Dioses y monstruos, otro recomendable y políticamente incorrecto biopic) de relatar la vida del sexólogo probablemente más importante de la historia y que trató de enterrar en su vida muchos de los tabúes que hoy en día siguen vigentes alrededor de un tema que todo el mundo practica pero del que pocos se atreven a hablar abiertamente. Aunque sólo sea por el lado divulgativo del asunto, Kinsey merece la pena como película culturizante y agitadora de conciencias rancias.

Liam Neeson es el actor destinado a encarnar a Alfred Kinsey, al que seguimos, como en todo biopic, desde los primeros flashbacks dedicados a una infancia represora de su padre hasta su lecho de muerte. Kinsey es un científico obstinado en el método estadístico que de coleccionar avispas que no interesan prácticamente a nadie salta a analizar el comportamiento sexual del americano medio contra viento y marea a pesar de los malos gestos de una hipócrita sociedad que mira a otro lado cuando le descubren las vergüenzas de su vida íntima. A base de cuestionarios basados en la total sinceridad de las respuestas, Kinsey hará ver al público americano la realidad de la vida sexual del para él, como zoólogo inflexible, sujeto a ánalisis: el ser humano. Lo que descubre le sorprende a el mismo, a sus colaboradores y por supuesto a los sectores más conservadores: nuestra vida sexual es mucho más rica de lo que normalmente nos atrevemos a confesar, incluyendo escarceos homosexuales, sexo oral, fantasías reprobables y mucho, mucho sexo pre y extramatrimonial. Al lado de la parte divulgativa del film iremos descubriendo también la vida interior de Kinsey, tozudo y liberal a partes iguales y que evoluciona conforme sus descubrimientos van haciendo reaccionar al público.

Moralmente la película se sitúa también en un plano bastante liberal. Se posiciona a favor de los estudios de Kinsey y en cierto modo los apoya éticamente, aunque también se plantea los límites de lo que el propio Kinsey tacha de natural o de aberración, como el desestabilizador encuentro con un obseso sexual que manifiesta haber practicado el sexo con cuarenta especies de animales distintas o cerca de mil niños de ambos sexos. También juega a mezclar, basándose en la vida de Kinsey, dos conceptos tan relacionados socialmente como el sexo y el amor, sin dejar claro hasta qué punto son compatibles uno fuera del otro. Todo ello gracias a un guión hábil que aunque camina en la repetición de las circunstancias vitales, como todo biopic, mantiene el interés y el nivel ayudado de un gran reparto coronado por un estupendo Liam Neeson.

Recomendable película para todo aquél que mire al sexo de frente y no se refugie en puritanismos o hipocresías, Kinsey es una película que va más allá del mundo del cine para penetrar en la sociología y que es de agradecer por lograr hacer trascender a todo tipo de públicos la figura de un sexólogo que logró vencer a media parte de la sociedad para ayudar a la otra media y decirle que lo que ellos creían una aberración anormal no es ni más ni menos que una actitud libre, respetable y, de hecho, bastante común.

7,5/10

 

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